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⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ Vicky miraba a Antoine divirtiéndose con sus amigos y bebiendo lo que la hizo sonreír mínimamente y olvidarse de todo el aburrimiento qué tenía hace unos segundos.
Se arrepentía de haberse dejado convencer de Antoine de venir a la fiesta organizada por los jugadores del atlético por el cumpleaños de uno de ellos. Ir a fiestas no era lo que le gustaba a Vicky y aún así, ahí se encontraba, en una fiesta tomando un vaso de agua mientras vigilaba a Antoine.
— Ma belle Victoria, qu'est-ce que tu fais si seule ici? — preguntó Antoine medio borracho con una sonrisa haciendo que inmediatamente Vicky sonría pero divertida al verlo en ese estado. "Mi hermosa Victoria, ¿qué estás haciendo tan sola aquí?".
— Estoy bien acá, Anto. Ve a celebrar que yo te cuido — dijo Victoria mientras señalaba con su cabeza al grupo de amigos de Anto que bailaban y cantaban felices.
— Es por eso que te amo tanto — dijo Anto mientras dejaba un sonoro beso en la mejilla de Victoria y se alejaba para seguir bailando con los demás.
El corazón de la morocha se aceleró al escuchar al francés decir eso. Esta borracho y no sabe lo que dice, se repitió una y otra vez Vicky en su cabeza mientras intentaba controlar su corazón.
Vicky decidió ir por otro vaso de agua y buscar un lugar donde no estuviera tan alta la música para esperar hasta que Antoine quisiera irse. Cuando iba de camino a la cocina, Griezmann la detuvo y agarro su mano mientras la arrastraba a la pista improvisada de baile.
— Baila conmigo.
— Antoine, sabes que no me gusta bailar.
— Dale, baila conmigo, ma belle Victoria — dijo el francés con una sonrisa que hacía difícil para Vicky decirle que no.
— ¿Y luego me dejas tranquila?
— Y luego nos vamos, si querés. Se que estas aburrida y que tenes ganas de irte, así que baila conmigo y nos vamos.
Victoria miró a Anto con una pequeña sonrisa y asintió.
— Dale, pero luego nos vamos, eh.
— Je promets.
La morocha comenzó a bailar con Anto y no supo en que momento los dos terminaron muy juntos con las manos de él en sus caderas y las de ella rodeando su cuello.
— Tengo unas ganas de besarte, Victoria.
— No sabés lo que dices, Anto.
Antoine hizo un ruidito y sin esperar más, unió sus labios con los de la morocha. El contacto de estos duró poco ya que Vicky se separó y junto su frente con la de él.
— No quiero que esto pase de esta manera, no cuando se que mañana olvidarás todo.
— Vic-
— Estás muy tomado, Anto, mejor vámonos y te dejo en tu casa.
Griezmann asintió sin decir nada y Vicky fue a decirle a los demás que ellos ya se iban por que Anto no se sentía bien.
— Vamos.
Victoria llevó a Anto hasta el auto y con cuidado lo ayudo a subir en el asiento del copiloto, se aseguro de que tuviera el cinturón de seguridad y luego se subió del lado del piloto y encendió el auto.
Durante todo el camino, Vicky sentía la mirada de Antoine en ella, haciendo que se sintiera nerviosa.
— Eres tan hermosa que me dan ganas de besarte.
Victoria trago nerviosamente y miro de reojo al francés.
— Muy dulce, pero ojalá estuvieras no estuvieras en pedo.
Antoine no volvió a decir nada y en cuanto llegaron a la casa de este, Vicky lo ayudo a bajar y luego de abrir la puerta con las llaves que tenía de repuesto, se giro hacia él dispuesta a ayudarlo a entrar pero sintió como Anto unía sus labios con los de ella, de nuevo. Esta vez el beso duro un poco más pero al igual que antes, Vicky se alejo y suspiró.
— Anto-
— Lo siento.
Vicky suspiro de nuevo y ayudó a Griezzman a caminar hasta su habitación, lo ayudo a recostarse y cuando se iba a ir luego de verificar que él estaba bien, sintió como Antoine sujetaba su mano y la acercaba a él.
— Quédate.
— Antoine, estas ebrio y no sabes lo que decís o haces, tenes que descansar.
— Lo se, pero aún asi quiero que te quedes. Por fa.
Victoria se consideraba una persona difícil de hacer cambiar de opinión, un hueso duro de roer, como dicen por ahí. Pero escuchar el tono con el que Anto le pidio que se quedara la hizo débil e hizo que de inmediato cambiara de opinión y decidiera quedarse.
— Me voy a arrepentir de esto mañana — dijo la morocha mientras dejaba sus cosas en la mesita de noche al lado de Antoine — Te voy a robar uno de tus shorts para dormir por que este jean incomoda bastante — escucho a Anto hacer un ruidito raro de afirmación — Vos estas más allá que acá, loco.
Vicky sacó unos shorts del atleti y busco alguna camisa vieja para ponerse, mientras buscaba encontró lo que parecía ser una camisa de ella.
Una camisa que creía haber perdido hace rato.
— El muy hijo de puta me robo la camisa, quien lo viera.
Dejo la camisa donde estaba y agarro una cualquiera. Se cambio bastante rápido y luego se acostó al lado de Anto pero si tocarlo, se giro a verlo y se dio cuenta que el ya estaba dormido, o eso parecía.
Le dio la espalda y decidió intentar dormir y cuando ya sentía sus párpados pesados, sintió como el brazo de Anto rodeaba su cintura y la acercaba a él.
— Buenas noches — murmuro el francés medio dormido.
— Hasta mañana, Anto.
A la mañana siguiente Vicky se levantó al sentir la luz del sol en su cara, se quejó y se dio vuelta escondiendo su cara en lo que ella creía que era una almohada pero cuando analizó bien y palmeo suavemente la supuesta almohada, sintió que era muy duro para que sea solo una almohada.
Levanto su cabeza y se dio cuenta que estaba recostada sobre el pecho de Antoine, quien ya la miraba con una suave sonrisa.
— Bonjour, ma belle victoire — dijo Antoine y Victoria sintió como la voz ronca del francés junto con esa sonrisa que le daba hacia qué su cuerpo entero temblara.
— Buenos días — saludo ella alejándose de él y sentándose en la cama — Que noche tan larga.
— ¿Dormiste bien?
Vicky hizo un ruidito de afirmación y se levanto de la cama para estirarse.
— Me voy a lavar la boca y preparo algo de desayunar — dijo Vicky y camino hacia el baño sin esperar respuesta del francés.
Después de arreglar un poco su apariencia bajo y preparó jugo de naranja junto con unos huevos y tostadas para Anto y para ella simplemente se preparó un café. Vicky escucho los pasos de Antoine y dio media vuelta.
— Llegaste, genial, ahí tenes prepa-
Victoria no logró terminar lo que estaba diciendo ya que fue interrumpida por los labios de Antoine sobre los de ella.
La morocha abrió los ojos sorprendida y luego de unos segundos le siguió el beso al francés.
— Mm, ¿Qué fue eso?
— Un beso.
— Por supuesto que se que fue un beso, idiota, me refiero a ¿Por qué hiciste eso?
