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⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ — Voy a vomitar.
— Carla, tienes que calmarte, el que te alteres no le hace bien ni al bebé, ni a ti.
Carla fulmino con la mirada a su mejor amiga y luego dirigió su mirada nuevamente a la prueba de embarazo en sus manos.
— ¿Cómo se supone que le diga a Ricardo? Jamás hablamos de tener hijos y yo lo creía imposible a mis casi cuarenta años — murmuró la brasileña en tono preocupado — ¿Qué tal no le guste la noticia? ¿Qué pasa si me deja por esto y tengo que ser mamá soltera? No puedo ser mamá soltera, a duras penas puedo cuidarme a mi misma, ¿Cómo voy a cuidar a un ser chiquitito como un bebé?
— ¿Te casaste con Ricardo sin hablar sobre el tema de tener hijos? — preguntó Laura incrédula — No importa. Solo díselo y ya. Prepárale una sorpresa si quieres pero no te estreses, ni sobre pienses las cosas. Si no sale bien me llamas y de inmediato vengo por ti pero conozco a Ricardo y se que él no es un mal hombre y se que le va a encantar la noticia.
Carla suspiró y miro a su mejor amiga con una sonrisa.
— Gracias, Lau. Siempre sabes como arreglar todo.
— Lo sé, soy como un Dios o más bien Diosa. Ahora, ¿Qué prefieres hacer, soltarle la noticia de un momento a otro o arreglar una pequeña sorpresa?
— La segunda, creo — respondió la morocha mientras se levantaba del suelo del baño.
— Perfecto, vamos al centro comercial, compramos algunas cosas y te ayudo a organizar todo antes de que llegue Ricardo.
— Te quiero mucho, Lau. Gracias por ayudarme, en serio.
— También te quiero. Andando, tenemos cosas que buscar y una sorpresa que organizar.
Carla y Laura se pasaron la siguiente hora mirando tiendas de bebes y buscando cosas que armarían la perfecta sorpresa para Ricardo.
— Me encanta. Es perfecto.
Carla miro la caja que contenía un oso pequeño de peluche, las dos pruebas de embarazo que se hizo en la mañana, unos zapatitos, un mameluco que decía "hello daddy" y en la parte interior de la tapa de la caja decía "¡Vamos a ser papá!"
— Le va a encantar — dijo Laura sonriendo — Asumo que él no va a tardar en llegar, asi que, me voy.
— Gracias por todo, Lau. Te aviso cualquier cosa.
— Dale.
Media hora después, Ricardo llego a casa lo que hizo que los nervios en Carla hicieran presencia.
— Hola amor, ¿Cómo te fue? — preguntó Carla con una sonrisa nerviosa.
— Hola preciosa, bastante bien — respondió Ricardo mientras se acercaba a su esposa y dejaba un beso en sus labios — ¿Y a ti como te fue hoy? ¿Qué hiciste?
