Anastasia

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El hecho de que Anastasia salvó el Jardín de la Diosa y que Melina fuera atada a una estaca y castigada públicamente por sus calumnias se extendió rápidamente entre la gente.

Aquellos que tenían alguna duda sobre Anastasia cambiaron de opinión cuando escucharon la noticia. Nadie se había entusiasmado nunca con la impura historia de Anastasia en la sociedad.

El estado de Anastasia, que estuvo casi sacudido por un tiempo, se había solidificado nuevamente con esto.

Mientras tanto, Melina fue enviada a la fuerza a un monasterio distante después de que el marqués de Lutent la privara de su registro familiar.

Tal vez viviría en cautiverio y no saldría de allí hasta que muriera.

'Creo que Melina está detrás de esto... pero...'

Tenía miedo de que solo pudiera investigar si quería, pero se volvió una carga hacer que su trabajo creciera hasta ese punto.

Puede haber efectos adversos innecesarios en el proceso. Incluso si fuera declarada culpable, Anastasia se preguntaba qué significaría para Melina que la echaran de su monasterio.

Anastasia cerró las cosas en silencio pidiéndole a Wilhelm que aumentara la seguridad alrededor del Jardín de la Diosa.

Con la paz en el palacio nuevamente, llegó el cumpleaños de Anastasia.

—Su Majestad es el personaje principal hoy, por lo que debe ser más hermosa que nadie.

—Oh, señorita Selene, por cierto. Parece que no lo sabes porque hoy es tu primera fiesta, pero no hay nadie en Rosenberg que sea más hermoso que Su Majestad. No habrá nadie más.

—Oh, eso es verdad. Lo siento, Su Majestad. Cometí un desliz de lengua.

—No, está bien...

Anastasia sonrió torpemente y escuchó la conversación de las damas.

Como era de esperar, no pudo acostumbrarse al ridículo cumplido en absoluto.

—Por supuesto, Su Majestad es la belleza más conocida de Rosenberg, pero estoy segura de que todos se esforzarán más.

—Especialmente las cuatro doncellas en el palacio.

Las señoras de la casa estaban en alerta máxima. Anastasia pensó lo mismo.

Porque a Melina la echaron por un incidente desagradable, y el resto de los puestos de las cuatro damas de honor se pusieron difíciles.

Deben pensar que las pueden echar en cualquier momento.

Así que iban a tratar de estar en los ojos de Wilhelm sin importar lo que pasara hoy.

—No debes ser empujado hacia atrás. ¡Mostrémosles quién es la anfitriona del palacio hoy!

—¡Me encanta!

Las damas comenzaron a moverse afanosamente, ardiendo con su espíritu de lucha, y Anastasia sonrió casi con desesperación y solo cerró los ojos.

***

Siena, la dama de honor en el Palacio Central, estaba completamente preparada antes de asistir a la fiesta de cumpleaños de la Emperatriz ese día.

Lució un sensual vestido que costó mucho dinero, con una figura sutil, y coloridos accesorios para que cualquiera pudiera reconocerla de lejos.

Pero había un arma secreta para la fiesta de hoy.

'Debo capturar el corazón de Su Majestad.'

Siena recogió la botella de cristal del tocador con una mirada temblorosa.