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La noche para el castaño fue un horror. No sólo por haber dormido en el sillón, sino por haber sido víctima del insomnio que le causaban los ronquidos del pelinegro. Al menos alguien si está disfrutando su sueño, pensó.

Al llegar la mañana, algunos molestos rayos de sol inundaron su cara y se despertó debido al molestar que causaban estos sobre su bello rostro.

Al momento de levantarse, iba soltando pequeños quejidos de dolor, para después reincorporarse por completo y escuchar a su espalda crujir, entonces soltó un suspiro de satisfacción cuando el dolor desapareció. Y fue cuando se arrepintió de no tirar al cavernicola de la cama, con los ronquidos que soltaba era imposible que llegara a sentir el golpe que se daría con el suelo.

Se levantó del sillón y cuando trató de caminar, pero sus pies se enredaron con las mantas que había utilizado por la noche y terminó en el suelo.

—Maldición.—Bufó una vez que se encontró en el piso, pero al momento de tratar de ponerse de pie, su vista fue a parar a una leyenda que se encontraba impresa en la caja de madera, en la misma donde venía el cavernicola y que se encontraba a unos centímetros de él.—<Contenido delicado>
<Propiedad de laboratorios Moonlight>
(Precaución: No abrir la caja bajo ningúna circunstancia. Mantenerla alejada del frío intenso. Mantenerla alejada del calor intenso. Cualquier duda o aclaración por favor llame al...bla, bla…—Leyó en voz alta.—¿Por qué las letras pequeñas siempre son las más importantes?—Gruñó una vez que terminó de leer, para después ponerse de pie.—Hubiera sido bueno haber leído esto antes de que la curiosidad me ganara, así no hubiera tenido necesidad de dormir en el sillón.—Después de haberse quejado del hubiera, se dirigió hacia la planta alta, donde se encontraba su habitación.

Pero antes de tomar la manija de la puerta, unos ruidos provenientes del interior llamaron su atención y entonces se apresuró a entrar.

—¿Qué está pasand-…¿NamJoon?

El mencionado se encontraba topando de pared en pared, buscando deshacerse de lo que traía puesto, lo cual no era la ropa que traía anteriormente. Y al tiempo que tumbaba cosas a su paso.

—¡NamJoon! ¡No!—Se apresuró a caminar hacia él, con cuidado de que este no lo golpeara con sus movimientos, pero de alguna u otra manera terminó siendo empujado sobre el colchón de su cama, con el mencionado sobre él y lo peor de todo, con la camisa destrozada.—Mierda.—Soltó en cuanto se vio en aquella situación tan comprometedora. Pero aprovecho la cercanía para regañarlo.—¿Por qué hiciste eso? ¿Tienes idea de cuanto me costó esa playera o la lámpara que tiraste al suelo?—El contrario comenzó a gruñirle.—No, no gruñas, NamJoon. Tienes que aprender que esa no es una forma de comunicarse.—El mencionado, comenzó a irritarse por los regaños del castaño, por lo que decidió reircorporarse, para después dirigirse a quien sabe donde.—¡¿A dónde vas?!—Molesto por la actitud del rebelde pelinegro, igualmente se puso de pie, para después seguirlo.

Pero al momento de encontrarse en las escaleras, no había nadie en el departamento.

—¿A dónde fue?—Se preguntó así mismo, frunciendo su ceño, extrañado, para luego bajar rápidamente de las escaleras, con cuidado de no tropezar, y dirigirse a la cocina.—¡NamJoon sal de ahí ahora mismo, no es divertido jugar a las escondidas!—Exclamó molesto, pero en realidad se encontraba preocupado, no podía ganarle al pelinegro en ese juego.

Estaba por revisar la alacena, cuando de repente unos ladridos se escucharon en el pasillo de su departamento. Esto lo extraño totalmente, hasta donde él sabía NamJoon no ladraba.

Rápidamente se dirigió hasta donde provenía el escándalo, para después encontarse frente a la puerta. Joder. La puerta estaba abierta. Debió estar muy cansado como para olvidar cerrarla el día anterior. Y es que realmente sí lo estaba, tener a un cavernicola en casa no era nada fácil por si se lo preguntan, y más aún si el que tienes es uno salvaje y travieso.

ஓMY SWEET CAVERNICOLEஓ [KNJ & KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora