TRES - ANTES (III)

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PRESENTE.

Corro desesperada por las calles de Black Sea provocando que en mi estrepitosa carrera algún que otro coche me pita con fuerza. Los miro disculpándome con la mirada y levantando las manos al aire.

Sonrió al ver mi meta cerca, sigo corriendo hasta llegar frente a la escuela de primaria. Diviso con una sonrisa a mi Nathaniel junto a su maestra esperándome con la cara apenada. Me disculpo entre dientes diciéndole que me tocaba doble turno y que he salido del trabajo pitando, la profesora asiente comprensiva mientras mi hijo me toma de la mano callado.

— ¿Estás callado porque llegué tarde?—pronuncio después de recuperar mi ritmo de respiración normal, en un intento de hacerle hablar.

—Siempre llegas tarde—me respondió mustio sin mirarme.

—No es verdad—repliqué de inmediato a la defensiva.

—Sí lo es. ¿Podemos ir al parque?—preguntó finalmente clavando esos ojos en mi con seriedad, a veces sentía que él era el adulto y eso que a penas cumplirá sus cinco años dentro de unas semanas.

—Siempre vamos al parque—le respondo usando su mismo tono.

Él vuelve a bajar la mirada para centrarla en el paisaje sin dejar ir mi mano y de nuevoe l silencio se abre entre nosotros.

—Mamá...¿Tu crees que soy raro?

Mis ojos se salen de órbita.

—¿Qué?—pregunto confundida.

—Se que soy distinto.

—¿Cóm-

Ni siquiera puedo terminar la frase, mi hijo y yo nos transportamos hacia un nuevo sitio.

Lo miro con horror.

—¡Nathaniel!—grito con fuerza.

Él sonríe.

—Voy a unirme a Lucifer, los humanos sois la plaga—sus ojos se vuelven rojos y de su espalda nacen dos alas de cuero negras, en lugar de suaves plumas hay lanzas puntiagudas capaces de hacerte sangrar con tan solo mirarlas.

—Nathani-

—Despierta, Aba...—hace una pausa negando Agnes incrédula— No hay manera—repite ella, yo entreabro los ojos desesperada por salir de esa cárcel.

—De nuevo una pesadilla—respondo negando con la cabeza.

Ella me mira con cara de circunstancias.

—¿Volvía a hablar de Lucifer?—preguntó ella para soltar una carcajada—Deberíamos unirnos a su bando así no tendrías tant-

—¿Es en serio?—pregunto apartando el edredón de mala manera para levantarme poco después ella me mira encogiéndose de hombros. Su melena ahora iba del negro al rojo, este mes quería probar a hacerse pasar por una gótica para seducir a su nueva victima—Tu también...—respondo tapándome la cara para volver a mirarla— ¿Crees en Lucifer?—añado incrédula, ella sonríe.

—Sí lo hago.

—¿Y en dios?

—Es complicado.

—¿En qué sentido?—pregunto sin poder evitar desesperarme, parecía una loca ya.

—Dejémoslo ahí, necesitas descansar. Hablaré con Ilay, él sabrá ayudarte mej—hace una pausa incrédula ante sus propias palabras, como si de repente sintiera una oleada de miedo—Él será más eficiente en la ayuda—añadió para levantarse de mi cama e ir a buscar al de piel canela.

Acabo tomando aire con fuerza para mirarme a través del reflejo del espejo, me paso una mano por las mejillas en un intento de hacerme despertar. Clavo mis ojos en el cristal en un intento de decirme a mi misma que mis sueños y todo lo que estaba sucediendo eran fruto de mi estrés y no de él...

Han pasado casi cinco meses de embarazo, cinco meses en los que ya no me duele tenerlo lejos. Siendo honestos ese es el último de mis problemas, entre las tormentas, los males de cabeza, los mareos, y los desmayos no he tenido tiempo para pensar en sus alas ni en su secreto. Secreto que a pesar de ni siquiera tener tiempo para respirar tranquila aprovecha esos instantes para presionarme, siento que estoy a un paso de la locura.

Había preferido dudar de que ese día me hubiese dicho la verdad y así lo había hecho durante todo ese tiempo. Un truquito de magia lo sabe hacer cualquiera, me decía. Pero en el fondo sabía que ese collar estaba ahí mucho antes de su llegada, además que supiese de mi refugio cuando nadie más lo hacía...

Caí con Archie, Arek, o cual sea su nombre y de que manera. Miro el bulto crecido en mi vientre, la mayoría piensan que estoy en la última etapa cuando no es así.

Lo único que sabía con exactitud de Archie era que había sido mi profesor de latín, me había ayudado con esa materia, eso y que se supone que nosotros nos conocíamos pero supuestamente él había tenido que abandonarme por problemas familiares, habló de perder las alas, de que él era un ángel de dios, el ejercito de Mikail y no se que más cosas. Aún recuerdo mi cara de boba al escuchar esas cosas. No duró mucho, lo suficiente para que mi imaginación e internet ayudaran a que creyera sus frikadas o al menos eso parece con las pesadillas y los síntomas que vivo en mi propia piel después de cinco meses de su lejanía.

Nunca he sido creyente excepto del poder del equilibrio y el orden, si vemos acciones malas es que hay acciones inertemente buenas y viceversa. Incluso cinco meses después de que me abandonara por otra, y de que su historia de ángeles y ángeles caídos tuviese algún sentido, o incluso nuestra primera historia de amor fuese cierta, que me hubiese hecho los cuernos en mi cara era algo que rompía cualquier intento de mantener nuestro romance. Eso fue suficiente para que me callara lo del bebé y me fuera a otra ciudad con Ilay y Agnes. Como he dicho estos cinco meses han sido duros para mi, el único apoyo que he tenido ha sido el de Agnes a su manera y el incondicional de Ilay.

Finalmente un Ilay medio dormido llega en medio de la habitación, me mira con preocupación. Se acerca rápidamente y coloca su mano en mi frente.

—Ilay...—él aparta la mano entendiendo sus límites, sabía que odiaba el contacto físico no deseado y él tenía la manía de toquetear todo aún recuerdo los primeros años en Black Sea, parecía un niño descubriendo un nuevo mundo. Le encantaba lo exótico, lo diverso, la meditación y el sushi aunque le he pillado vomitando poco después, aunque eso último es seguramente porque el que había en Black Sea usaba pescado podrido. O al menos eso fue lo que nos dijo él.

—¿Tu crees en Lucifer?—pregunto yo de nuevo intentando callar este sin sentido en el que llevo en los últimos meses.

Hechos de fuego y luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora