DIECISÉIS

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Ilay no duda en abrir sus alas frente a ella e ir a socorrer a una mujer y a sus pobres criaturas, un demonio había tomado el cuerpo de su médico y era cuestión de vida o muerte.

No lo culpó. De hecho fue ella la que le señaló la situación.

Era un completo horror la escena.

Aba se sintió abrumada cuando vio al demonio acercándose a su hijo.

Sus poderes de nephilim comienzan a encenderse y siente una energía creciente dentro de ella.

Con un grito, Aba se lanza hacia el demonio y lo golpea con una fuerza que no sabía que poseía.

El demonio es arrojado hacia atrás y se desvanece en el aire.

Del golpe ella sale disparada con su pequeño recién nacido en el aire.

Es el final.

Cierra los ojos esperando la muerte.

Sintió su corazón latir con fuerza en esos últimos instantes.

Mientras tanto Archie corre hacia ella, quien abre sus alas y la toma en brazos en el aire antes de saltar por la ventana. A medida que vuelan hacia el cielo, Aba siente una mezcla de miedo y emoción. Está aterrorizada por la situación, pero también se siente segura y protegida en los brazos de Archie.

Era el único sitio dónde podía estar bien.

—¿Qué está pasando? ¿Por qué está sucediendo todo esto?

—Los demonios han declarado la guerra y Nathaniel es la clave de su victoria. Pero no te preocupes, te protegeré a ti y a nuestro hijo.

—¿Estás seguro de ello?—preguntó ella en un hilo de voz.

—Ahora mismo, tu trabajo es mantener a Nathaniel a salvo y protegerte a ti misma. Yo me encargaré del resto...—añadió con una sonrisa.

Aba asiente con el corazón encogido sintiendo la determinación y la fuerza en las palabras de Archie.

Juntos, vuelan hacia el horizonte, con la ciudad de Black Sea ardiendo a sus espaldas.

Archie lleva a Aba a un lugar seguro en el cielo, le explica que debe mantenerse alejada de Nathaniel y que él la protegerá a ella y a su hijo de los demonios. Aba se siente confundida y asustada por todo lo que está sucediendo y por la revelación de que es un nephilim. Archie trata de calmarla y le asegura que él la ayudará a comprender sus poderes y a controlarlos.

Mientras tanto, en la ciudad, los demonios continúan su ataque y causan estragos en la ciudad. Las fuerzas militares de todo el mundo intentan repelerlos, pero parecen imparables. La electricidad y las comunicaciones siguen fallando, y la población está en pánico.

Aba se siente perdida y confundida, pero está decidida a proteger a su hijo y a hacer lo que sea necesario para detener a los demonios. Archie le asegura que juntos encontrarán una manera de salvar al mundo y a su hijo.

Archie mira con ternura a Aba mientras sostiene a Nathaniel en sus brazos. Por un momento, sueña con tener una vida normal con ellos, libre de la guerra entre ángeles y demonios. Sin embargo, sabe que eso no es posible y que su papel es protegerlos, aunque eso signifique mantenerse alejado de ellos.

Aba también lo mira con cariño, pero puede ver la tristeza en sus ojos. Sabe que a pesar de todo lo que ha sucedido entre ellos, todavía hay amor en su corazón por ella y su hijo. Pero también sabe que tienen un destino mucho más grande que vivir juntos como una familia normal.

El ruido de los truenos lo alerta y los gritos de los demonios se escuchan cada vez más cerca.

Archie sabía que debía llevar a Aba y Nathaniel a un lugar seguro lo antes posible. Mira a Aba y le dice con determinación:

Hechos de fuego y luzWhere stories live. Discover now