SEIS - PRESENTE (II)

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—Sí—afirma con contundencia, mis ojos se salen de órbita, no parecía el tipo de hombre que lo hiciera—Como creo en ti y en mi y en dios.

—¿Dios?

—Sí—afirmó él.

—¿Crees en él?

—Como creo en ti y en mi—repite de nuevo con una sonrisa, yo frunzo el ceño sin entender—Esto es por tus pesadillas...¿Cierto? ¿Qué fue lo que te contó hace seis meses Archie que te tiene así? Se que nos escondes algo...—añade su tono cambia a uno más severo.

—Creerás que he enloquecido si te lo digo—hablo intentando quitarle importancia.

—Ya lo creo, las tormentas, tus desmayos...—enunció él con la mirada fija en el suelo ahora.

—Archie dice que es el hijo de un arcángel, pero eso desmiente lo que ponía en la wiki online sobre arcángeles—afirmo yo soltando el gran secreto que me había estado guardando a mi mejor amigo.

Ilay me mira con los ojos como platos.

—¿No le crees?—pregunta poco después intentando recomponer su expresión a una menos hostil.

—Se desmiente a si mismo—respondo encogiendome de hombros.

—No me parece una fuente fiable una wiki sobre ángeles, hay muchos libros de teología en el mundo, si quieres te recomiendo u—hace una pausa interpretando por mi cara de poco interés que debía aligerar sus palabras—Gabriel es el ángel mensajero de dios en la tierra, ha estado en contacto con los humanos, tal vez eso provocó que sintiera curiosidad por lo que sentían los profetas por su descendencia—afirmó él finalmente para mi sorpresa.

—Un momento—hago una pausa incrédula—¿Lo estás justificando?—añado incrédula—Se supone que debías llamarme loca.

—No—negó serio, pasó una mano por su corto, casi rapado al cero pelo negro, para mirarme con preocupación.

—¿No le creíste entonces?—más que una pregunta parecía una afirmación.

Tomo aire con fuerza.

—Es obvio que no.

—Pero volvisteis a estar juntos después de que supuestamente te borrara la memoria—afirmó él—Digo, según el imaginario colectivo a los ángeles se les atribuyen diversos poderes sobrenaturales, entre ellos alterar la memoria y persuadir, o persuadir para borrar una memoria—añadió con desgana.

Siento mis mejillas hervir al escuchar la primera parte.

—Sí, por eso me lo contó pero hace cinco meses des de que rompió mi corazón—me sincero, el moreno asiente como si estuviera anotando los hechos.

—¿Pero crees en que es un ángel si o no?—preguntó desesperado Ilay.

—¿Te importa?—pregunto desesperada yo sin entender su actitud.

—Sí.

—Nos importa—afirmó una Agnes des del marco de la puerta con los ojos igual o más analíticos que los de Ilay—¿Por qué te lo has callado?—preguntó ella poco después caminando hacia mi cama de nuevo.

—¿Qué hace la señorita escuchando conversaciones ajenas?—preguntó Ilay con rabia señalándola con la mirada.

—Los de mi calaña tenemos experiencia en eso—respondió ella encogiéndose de hombros—Así es como nos enteramos de todo porque al parecer como siempre los que llevan el garito no nos cuentan nada—añade con acidez centrando su mirada en mi, en sus ojos veo decepción y rabia.

—¿Qué querías que te contara?—preguntó yo captando la indirecta, o al menos eso creía.

—Ahora tiene todo lógica, tus pesadillas de Lucifer... Y todo ese rollo. ¿Y si Archie no te estaba mintiendo y por estar contigo se jugaba las alas y una visita al infierno?... ¿Y si tu hijo es un nephilim?—añadió con los ojos brillando como si no pudiese creérselo.

—Yo no he dicho esa parte—respondo con sorpresa.

—Ya sabes, imaginario colectivo, como dijo Ilay—afirmó ella con una sonrisa cordial mirando al de piel oscura.

—No le hagas caso, la señorita Agnes delira. Deberías cerrar ese capítulo, Aba. Por tu propio bien y el de esa criatura. Ya hicimos bien de alejarnos de Black Sea, es mejor que olvides ese asunto. Seguro que fue una mentira para entrar entre tus piernas. Supongo que debe impresionar a las chicas con esas cosas, trucos de magia para aficionados y alas de taller de manualidades—razonó Ilay, yo sonrió ante él. Ese era el tipo de comportamiento que esperaba y ansiaba tener, cualquier cosa que me dijese lo contrario provocaría que estos miedos que tenía en el pecho tomaran el control.

—Eso pensé yo por eso no quería molestaros, os dije lo que pasó. Él jugó conmigo para destrozarme un mes después, usó eso como una tapadera para sus sucias intenciones y ahora tengo este regalo, que no pienso dejar que nadie ni nada tome sin mi consentimiento—afirmo seria.

Ellos me miran serios asintiendo aunque algo me decía que mis amigos estaban mintiendo con ese gesto.

Hechos de fuego y luzOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz