Capítulo 01- Propuesta.

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Golpeé el lápiz una y otra vez con el cuaderno, con algo de ansiedad en el cuerpo. Obligo a mi mente a idear un plan para acercarme al equipo de football y hacerles una propuesta, pero mi mente se encuentra en blanco y ninguna idea buena llega a mi cerebro.

Solté todo el aire que tenían mis pulmones, y me dejé caer al mueble con cierta frustración encima.

De pronto, el timbre de mi departamento sonó indicando que alguien espera por mi del lado de afuera. Me puse de pie para acercarme a la puerta y abrir de la misma sin preguntar quien era, pues ya suponía quien esperaba por mi.

Y allí estaba July algo impaciente con una mueca que muestra confusión, pero al verme su expresión cambió, y una sonrisa de alivio apareció en su rostro.

-¡Si, es aquí! Pensé que me había equivocado-. Soltó un ligero suspiro para saludarme luego con un pequeño abrazo.

Me reí ligeramente y dejé espacio para que entrara al departamento, así lo hizo, y cerré la puerta enseguida detrás de mi.

-Si, es aquí-. La seguí y me lancé al mueble donde estaba hace unos minutos.-Bienvenida-. Tomé un cojín y lo puse en mis piernas y luego sobre el mismo, coloqué el cuaderno.

Observé a July, quien detalla el departamento discretamente, seguramente viendo que tan grande es.

-¿Has pensado algo?-. Preguntó July aún de pie al darse cuenta que la estaba viendo.

-¿Qué haces de pie? Sientate- solté una pequeña risa.

Sonrió tímida y se sentó en uno de los muebles delante de mi.

-¿En serio quieres jugar football americano? Digo, es que... no tienes cara de chica que le gustan esos deportes rudos-. Insistió escondiéndose de hombros para luego dejarlos caer suavemente.

-No quiero sonar grosera, pero... estoy cansada de oír lo mismo. ¿Quién dice que las chicas somos débiles?-. Pregunté tratando de mantener la calma.- Y le probaré a Justin que todos podemos jugar-. Golpeé la palma de mi mano izquierda con un puño formado en la mano derecha.

-Bien bien. No lo repetiré más. Pensemos que proponerle a Justin-. Suspiró.

Al día siguiente.

6:30AM

Caminar al instituto no es para lindo, y menos con todos los libros que llevo encima para colocarlos en mi nuevo casillero. La verdad no disfruto del aire fresco de la ciudad de New York, al contrario, parezco hacer ejercicio con todo esto encima.

Pero tengo la esperanza de que algún día llegaré. Tengo entendido que el bus escolar no trabajará hasta la semana que viene porque está en mantenimiento.

Unos 20 minutos después ya estaba en la entrada del instituto, algunas gotas de sudor resbalan por mi frente, quizás porque en ningún me detuve. Suspiré y sin pensarlo dos veces pasé recto entre todos los estudiantes que me rodean, mientras ellos susurraban algo y me miraban.

Junté mis cejas e ignoré el hecho de hayan estado hablando de mi, y me propuse a buscar mi casillero restandole importancia.

Caminaba por los pasillos cuando choqué con alguien estando distraída; como de costumbre, tumbando así mis libros al suelo.

-Lo siento-. Me disculpé en voz baja sin molestarme en ver a la persona y me agaché a recoger las cosas.

Mi humor no era el mejor el día de hoy.

-Fue mi culpa-. Escuché una voz masculina.

Elevé la mirada para ver a la persona y me encontré con unos grandes ojos observando los míos.

Mariscal de Campo. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora