Capítulo 36- Es complicado...

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-Me gustas Kelly Whitley, eso pasa, me gustas mucho.

No sabía que hacer, decir o expresar con la cara. No me esperaba eso salir de sus labios, simplemente no me lo esperaba.

-Kelly...-. Habló Thomas en modo suave haciéndome reaccionar.

-Yo... yo...-. Miraba a Nick a los ojos, que se nota algo ansioso y nervioso a la vez.-Yo... no me lo esperaba...-. Bajé la mirada algo nerviosa.

-¿Sólo eso dirás?¿No me lo esperaba?-. Escuché a Nick.

-Si quieren los dejamos solos...-. Ryan sonó algo incómodo.

-No-. Hablé rápido.-Nick quiere hacer mi respuesta pública, así que pueden quedarse...

-Kelly ya basta de hacerme sentir mal...-. Murmuró algo triste.

-No he terminado-. Me puse recta, tomando suficiente aire para iniciar a hablar.-Tu, Nicolás White, eres un grandísimo idiota, que prefiere guardarse todo y sacarlo en los momentos menos indicados, prefieres esperar mil años, y eso me molesta, tu eres el que cree que siempre toma buenas decisiones-. Apunté su pecho mientras él me mira aún triste.-¿Y sabes qué, White? Tú... también me gustas-. Hablé molesta para cruzarme de brazos.

Su expresión cambió totalmente a sorpresa, sus ojos se agrandaron y sus cejas se alzaron.

-¡POR FIN DIOS, AMO LAS CONFESIONES!-. Escuchamos el grito de Ryan y nos reímos enseguida.

-Callate, Ryan-. Le dije.

-Ahora yo no me esperaba eso-. Habló Nick tomando mi atención otra vez.

-Te odio-. Giré mi cara.-No quería decirlo.

Nick rió y se acercó hasta mi para besar mi mejilla con suavidad.

-Ya sé que me amas, esta vez tengo base-. Me murmuró al oído.

Sonreí levemente y lo aparté de mi enseguida para mirarlo a los ojos.

-¿Se te volvió a subir el ego?

-Siempre ha estado allí-. Se escondió de hombros.

-Amo verlos así-. Thomas fingió limpiar una lágrima de su mejilla y todos reímos.

-Igual me caes mal-. Golpeé su hombro.

-¿Por qué?-. Se señaló.

-Porque odio que juegues con mis sentimientos cuando me besas y vas a coquetear con las nerds del Instituto...

-Lo hacía con la intención de ponerte celosa-. Rió.

-¿Eres idiota o le pasas trapeador a la playa?-. Me crucé de brazos otra vez.

-Solo quería ver si sentías algún afecto hacia mi, no quería confesarme y que después te rieras en mi cara-. Hizo una mueca.

-¡Mala forma de comprobar si me gustabas! Quería matarte a ti y a ella.

-¿Y por qué nunca me di cuenta de ello?

-Cariño, soy muy buena actriz-. Reí sarcástica.

-Ya veo que si lo eres-. Sonrió de lado.-Me encanta como suena esa palabra cariño en tus labios hacia mi.

Lo miré a los ojos enseguida.

Él sonrió y se acercó para besarme sin importar qué, sonreí en medio beso y seguí el ritmo de sus labios.

-Parece que estorbamos aquí.

Me alejé de Nick riendo para mirar a los chicos.

-Jamás estorbarán aquí-. Les dije.

Mariscal de Campo. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora