ALFA [CHAESOO] [JENLISA]

CAPÍTULO 1

—No, Rosé, por favor perdóname, no quería hacerlo, no fue mi intención, no te vayas, por favor.

JiSoo decía cosas sin sentido mientras yacía desnuda en el suelo, en medio del bosque.

—¿Qué carajos está soñando?

—Al menos sabemos que sigue viva. La ambulancia está por llegar, vámonos.

—Quiero matarla de una vez.

—¡No! ¿Estás loca?

—Traerá muchos problemas.

—No, traerá esperanza, no es un lobo negro ni gris, es uno blanco y sabes lo que significa.

La ambulancia llegó al lugar tras una llamada anónima que alertó sobre una adolescente inconsciente en el suelo. Eran apenas las seis de la mañana y el pueblo ya era un caos, varios asesinatos durante la noche, apagones y ruidos extraños, hubieron muchos llamados a emergencias que mantuvieron ocupados a los policías y a la alcaldesa.

En el hospital, JiSoo ya estaba estable, sus padres estaban a su lado, insistiendo en que no debían interrogarla.

—Su hija tenía sangre en su cuerpo, sangre de una de las tres víctimas de esta madrugada, es importante que nos diga qué hacía ahí.

—Yo no los maté—Se encontraba asustada, no quería ir presa, tampoco recordaba absolutamente nada, apenas recordaba que se había ido a dormir y que despertó en el hospital.

—Los mató un animal, pero no sabemos qué tipo de animal, por eso su declaración es importante.

Eso la aliviaba, aún así no podía ser de mucha ayuda.

—No me acuerdo de nada.

Wendy caminaba por el bosque, con una apariencia diferente a la que solía mostrar, estaba siguiendo a una ardilla blanca, la guiaba hacía algún lugar o más bien hacía alguien.

Estando cerca podía escuchar el llanto de alguien detrás de un árbol, en ese punto la ardilla se esfumó como si de humo se tratase.

—Puedes salir, no te haré daño.

—Vete, corre, podría lastimarte.

—No, Rosé, el peligro ya pasó.

Lloraba desconsolada, con sus manos en su rostro, llenas de sangre, su ropa sucia y ensangrentada. Estaba aterrada.

Wendy se paró frente a ella, Rosé se puso de pie y retrocedió.

—No tienes que huir de mi.

—Tus ojos—Los ojos de Wendy eran purpuras.

—De no ser por mis ojos, no te habría encontrado. Confía en mí, no somos muy diferentes.

—Hice algo muy malo.

—También he hecho cosas malas, nada de lo que me arrepienta.

—No lo entiendes, no podía controlarme—Sus lágrimas demostraban cuán arrepentida estaba.

—Puedo- —Wendy desvió su mirada a una tercera persona. Tuvo que retroceder.

—Aléjate de mi hija—Una mamá enojada mostró sus garras y sus enormes dientes, a punto de atacarla.

—¿Mamá?

—No sé porque no lo vi antes. No soy de las malas, nadie de mi especie lo es.

—Ustedes trajeron la desgracia a este pueblo, vendrán por ti también, no quiero perder a mi hija por tu culpa.

—Nos veremos luego, Sooyoung.

Wendy se marchó. Por alguna razón parecía que ambas se odiaban, Rosé no tenía idea de que se conocían. Ahora mismo tenía muchas preguntas.