°★•𝑨𝒕𝒓𝒂𝒑𝒂𝒓 𝒖𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂•★° [+18] ᵀᵃᵉᴷᵒᵒᵏ

★Capítulo 5★

Vuelve a dejar los palillos en el plato; es el cuarto intento que hace de llevarse algo a la boca, pero siente el estómago cerrado desde que se levantó.

Lo único que nota son los nervios corriendo por todo su sistema y agarrándose en su vientre, formando un fuerte nudo que hasta casi le impide respirar con normalidad.

Hace ya varios días que Hobi le adelantó la noticia de que le habían aceptado, algo que no quería llegar a creerse hasta recibir la notificación formal de ese hecho, algo que sucedió ayer mismo.

Cuando terminó de entrenar vio la recepción de un nuevo mail en el que le citaban al día siguiente en la escuela, es decir hoy, aunque sin concretar exactamente para qué.

<<Estimado señor Jeon,

Nos complace informarle que, tras la magnífica prueba que realizó hace unos días en nuestras instalaciones, nuestro equipo ha decidido que es usted un candidato apto para formar parte de nuestro elenco.

Estaríamos encantados con que decidiría unirse a nosotros y así poder ayudarle en el camino de la danza; nos sentiríamos agradecidos de poder disfrutar de su talento.

Le esperamos mañana a las 11h en nuestra recepción.

Un saludo,

Sr. Park, director.>>

Y a pesar de que ha leído tantas veces esas palabras que ha llegado a aprendérselas de memoria, su mente aún se niega a creer que sea cierto y está convencido de que tardará bastante tiempo en asimilarlo del todo.

Esas líneas que significan tanto para él, ya que no solo le están diciendo que tiene el nivel suficiente para unirse a esa prestigiosa escuela, sino que le están pidiendo que sea él quien elija formar parte de ella.

No sabe cómo tomarse eso, si son palabras dichas con sinceridad o si tan solo es una redacción estándar que le envían a todo el mundo que ha sido aceptado.

Sacude la cabeza de forma enérgica, volviendo a soltar con rabia los palillos que había vuelto a coger en un vano intento de llevarse algo a la boca.

Los nervios no le dejan comer, igual que tampoco le han dejado apenas dormir.

Espera no tener que asistir a ninguna clase hoy, ya que la pesadez que siente en cada uno de los músculos de su cuerpo le haría casi imposible dar un paso acertado.

—¿No vas a comer nada?

La voz de Jin a su espalda le sobresalta.

Estaba tan perdido en sus propios pensamientos que no oyó sus pasos al acercarse y adentrarse en la cocina, aunque decir que estaba pensando en algo en concreto sería una afirmación demasiado exagerada.

—No tengo hambre —su estómago le contradice emitiendo un leve ruido de insatisfacción.

Ve la expresión preocupada con la que el mayor le mira desde el otro lado de la isla central y eso le hace sentirse más pequeño todavía, más vulnerable.