★Capítulo 26★

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—¿Vas a casarte?

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—¿Vas a casarte?

En cuanto ve el brillo de sus ojos al hacer esa pregunta puede ver cuanto dolor le causan esas palabras y Taehyung no sabe qué contestar, no puede pensar en nada, ni siquiera en una manera de decirle cuanto le ama porque diga lo que diga nada puede borrar esa verdad, va a casarse y ninguna palabra va a cambiar eso.

Escucha lejanamente el ruido del cristal haciéndose pedazos al golpear las copas de champán contra el suelo mientras sigue con su mirada la languidez con la que los dedos de Jungkook dejan resbalar la máscara que sostenía frágilmente en su mano.

Y lo único que escucha con claridad, retumbando en su interior como si fuera un fuerte trueno ensordecedor, es el sonido silencioso que hace el menor al romperse en mil fragmentos de dolor por su culpa.

Ve el fugaz destello acuoso que da un exceso de luz a sus iris negros antes de que Jungkook se voltee y salga de la sala de profesores.

Quiere correr tras él, detenerle, que no se aleje de su lado, pero ver tanto pesar en su mirada, dolor causado por él, le nubla todos los sentidos.

Tarda unos pocos segundos en reaccionar y salir tras él, deteniéndose tan solo un instante a recoger la máscara del suelo, como si ese objeto fuera un símbolo tangible de su amor, que se ha desmoronado de golpe.

Solo puede llamarle a gritos por el pasillo mientras ve la espalda del menor alejándose tan deprisa como le permiten sus piernas cansadas, su alma pesarosa, pero lo cierto es que ninguno de los dos corre, el peso de la ruptura, de esas palabras, <<vas a casarte>>, recae sobre ambos, aplastándoles.

—Koo, por favor —consigue articular con debilidad cuando le ve llegar a la puerta, sabiendo en su interior que es muy posible que sea una de sus últimas oportunidades que tiene para retenerle.

Y su corazón quiere sonreír cuando Jungkook se da la vuelta, dándole un pequeño atisbo de esperanza, haciéndole creer por un segundo que no todo está perdido.

Sus miradas se encuentran en la distancia de ese pasillo que de repente parece mucho más oscuro que nunca y da la sensación de que en vez de baldosas en el suelo solo hubiera un inmenso vacío negro, un abismo, un enorme precipicio que los separa.

Solo hay dolor en sus ojos, pero también puede ver ese destello del amor que siente por él refulgiendo muy en el fondo de sus pupilas y eso le hace tener mucho más claro que el menor le quiere, que le ama muchísimo, porque después de lo que acaba de oír, todavía da tres pasos en su dirección y puede sentir como no quiere dejarle, como en su interior está buscando algo a lo que aferrarse para no marcharse de su lado.

Aprieta de forma inconsciente la máscara que sostiene en su mano, la de él, ciñendo sus dedos a su alrededor, como si se aferrara a ella, como si ese antifaz les sirviera de unión.

Y no deja de mirar al otro a los ojos en ningún momento, su corazón latiendo a toda prisa, tan fuerte que le paraliza en el sitio, aunque su cerebro le chilla desesperado que corra hacia él, que le abrace, que le pida perdón y que huya del resto del mundo cogido de su mano, pero sus piernas no parecen dispuestas a hacerle caso y quizá esa inacción de su cuerpo es lo que termina de definir su destino.

°★•𝑨𝒕𝒓𝒂𝒑𝒂𝒓 𝒖𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂•★° [+18] ᵀᵃᵉᴷᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora