Capítulo 19

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La mirada de Yurisiel permaneció fija en Lorraine, y la observó durante lo que pareció una eternidad.

Mientras Yurisiel permanecía en silencio, sin responder siquiera, miradas ansiosas pasaron entre las personas reunidas, incluso Lorraine levantó ligeramente las cejas y parpadeó con desconcierto. El ceño de Serbian se arrugó levemente mientras observaba a Yurisiel, incapaz de quitarle los ojos de encima.

Tras lo que pareció una eternidad, Yurisiel recuperó a duras penas la compostura. Intentando sonar lo más natural posible, soltó lentamente lo que iba a decir.

"Encantado de conocerle... Sacerdotisa Lorraine, ¿Es usted la que se rumorea que es muy buena curando personas?"

Lorraine parpadeó con sus ojos violetas y se inclinó ligeramente en señal de humildad.

"Puede que no haya hecho lo suficiente, pero siempre hago todo lo que puedo para cuidar de mis pacientes. Supongo que ha oído palabras inmerecidas por eso".

"¿'Inmerecidas'?, no creo que sea así en absoluto. Es una suerte que el Imperio tenga una excelente sacerdotisa como tú. Por eso, me gustaría pedirte ayuda con el tratamiento de esta niña... "

Yurisiel cortó sus palabras y dirigió su mirada a Lotte en los brazos del sirviente. Lorraine también dirigió su mirada en esa dirección, y había una suave sonrisa en sus ojos mientras miraba a la pequeña niña un poco asustada. Una expresión visiblemente aliviada apareció en el rostro de Lotte, que había tenido una expresión ansiosa rodeada de corpulentos hombres adultos. Lorraine le sonrió a Lotte y abrió la boca.

"Entendido, Majestad. Me ocuparé de sus heridas aquí adentro".

Lorraine se volvió hacia el templo, y el sirviente que sostenía a Lotte inclinó brevemente la cabeza hacia Yurisiel y comenzó a caminar en su dirección. Yurisiel miró a Serbian como si fuera obvio, pero el otro se limitó a quedarse de pie y observar en silencio al asistente que llevaba a Lote. Yurisiel parpadeó lentamente.

¿Qué está pasando? ¡¿Cómo es que no dijiste que la acompañarías adentro?!

Era la primera vez que el protagonista masculino y la protagonista femenina se encontraban. ¿No debería haber una chispa entre los dos, o un sentimiento o algo así? La razón por la que había traído a Serbian a este lugar fue para que pudieran conocerse, ¡¿Pero que sentido tendría si esto acabara así?!

Al final, Yurisiel no pudo soportarlo y abrió la boca.

"Ahora, espera un minuto... Eso, Lord Rosenheim. ¿No vas?"

"...¿Qué?"

Serbian arqueó ligeramente las cejas y miró a Yurisiel. Las miradas curiosas de las personas se volvieron hacia él. Serbian parpadeó con sus ojos azules y habló con voz vacilante.

"¿Por qué debería entrar?"

"Eso es porque..."

Yurisiel se quedó sin palabras. Bueno... técnicamente, no hay razón para que haga eso. Cuando Yurisiel vaciló, sin saber que responder, Serbian ladeó ligeramente la cabeza y respondió con voz tranquila.

"Soy el comandante de la guardia a cargo de escoltar a Su Majestad. El lugar en el que debo estar es a su lado, así que si Su Majestad no entra, yo también me quedaré aquí".

Fue una declaración seria, algo que ciertamente diría Serbian. Por supuesto que es verdad todo lo que dice, y está muy bien ser un hombre de principios, pero cuando estás en presencia de nadie más que de la mismísima protagonista femenina, eso no es lo que se supone que debes decir... ¿Es así como se supone que deben ir las cosas?

El tirano quiere vivirWhere stories live. Discover now