Capítulo 69

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"Bien hecho. Has trabajado duro".

Esa fue la primera reacción de Yurisiel ante el informe de Samuel.

Yurisiel está reunido con los demás comandantes, incluido Serbian. Cuando Samuel le informó que los soldados orientales habían abandonado el castillo de Larkan y se habían retirado a Orland, en lugar de enfadarse o castigar a uno de los involucrados, Yurisiel pareció muy aliviado y alabó la rapidez mental de Sir Pablo, que actualmente estaba al mando de la Guardia Oriental. Yurisiel después preguntó con curiosidad.

"¿Escuchaste que venían refuerzos en camino?"

"Sí, lo hice."

Abrumado por sus generosas palabras, Samuel respondió con entusiasmo.

"Para entonces, ya habían llegado noticias al oriente de la inminente llegada del Emperador, por lo que Sir Pablo decidió retirarse al castillo de Orland, confiando en los refuerzos que pronto llegarían, de lo contrario, la guardia que se encontraba habitando el castillo de Larkan habría sido aniquilada... Así de grandes eran las fuerzas de Kaizen".

Yurisiel exhaló un suspiro de alivio.

Al final, la decisión de enviar refuerzos fue buena, ya que permitió a Sir Pablo tomar una decisión diferente a la de Lionel en la historia original, que defendió el castillo de Larkan hasta el final y terminó siendo asesinado. Si el Yurisiel original hubiera podido enviar refuerzos tan rápidamente como lo hizo él, el Lionel original podría haber tomado una decisión diferente, y él también podría no haber corrido semejante suerte. Es imposible saber lo que habría pasado, pero...

"Su Majestad fue tan inflexible sobre la acción de enviar refuerzos, diciendo que la guardia no sería suficiente para detener al ejército de Kaizen, y de hecho, si no hubiéramos enviado refuerzos, habríamos estado en problemas. No creo que nadie se hubiera siquiera imaginado que Kaizen hubiese estado preparando en secreto un ejército así... Si hubiéramos enviado refuerzos después de que el castillo de Larkan hubiera caído y la guardia hubiera sido aniquilada, habría sido demasiado tarde. Le debemos todo a la previsión de Su Majestad."

Edwin Vipe, comandante de la Primera División de Caballeros, dijo, sonando medio sorprendido, medio maravillado.

Los demás comandantes asintieron con la cabeza, lanzando palabras de elogio a Yurisiel, que agitó una mano en el aire, con el ceño ligeramente fruncido.

"Todo el mundo es demasiado adulador. Incluso hay halagos para lo que fue simple previsión".

Pero las palabras de Edwin no eran simples halagos sólo por decir. Tampoco lo eran las de los demás comandantes. Todos los presentes sabían que Yurisiel había insistido en enviar refuerzos, a pesar de las reacciones negativas de figuras como el Duque Kirch y los demás ministros.

En aquel momento, nadie entendía por qué Yurisiel era tan testarudo, pero al final, la previsión del Emperador resultó acertada. En los rostros de los comandantes brillaban destellos de respeto cuando lo miraban.

Sin embargo, Yurisiel, con expresión avergonzada, evitó sus miradas y dejó escapar un ligero suspiro. Conocer la historia original lo había preparado para esto, aun así, asumir el papel de una figura profética con profunda capacidad de previsión era una situación abrumadoramente agobiante.

Los ojos de Serbian se entrecerraron ligeramente al ver a Yurisiel poner los ojos en blanco. Sus iris azules se clavaron en el rostro de Yurisiel, como si intentara averiguar algo.

Yurisiel sacudió ligeramente la cabeza y se volvió hacia Samuel.

"En fin, fue toda una suerte. Entonces, ¿qué es lo que los llevó a todos ustedes a ser perseguidos por los caballeros de Kaizen en este bosque?".

El tirano quiere vivirWhere stories live. Discover now