Capítulo 67

283 48 1
                                    


"El camino es mucho mejor de lo que pensé".

Yurisiel murmuró esas palabras desde lo alto de su caballo. La suave luz del sol otoñal se filtraba entre los espesos árboles, derramándose sobre sus hombros.

Tomando el atajo sugerido por Lionel, el ejército imperial atravesó el corazón del inmenso bosque de Sagewood. A primera hora de la mañana, el equipo de reconocimiento había regresado al campamento, informando que no había obstáculos significativos para que el ejército atravesara la parte central del bosque. Al recibir el informe de los exploradores, Serbian no perdió tiempo en guiar a sus tropas por el atajo. Ahora, todo el ejército, incluido Yurisiel, cruzaron cautelosamente el bosque mientras esperaban las observaciones del segundo equipo de reconocimiento.

El apacible camino del bosque era relativamente llano y lo bastante ancho para que las tropas pudieran moverse sin mucha dificultad. Yurisiel, a caballo, contemplaba el tranquilo paisaje forestal. Como su visión era limitada y la velocidad de su caballo restringida, cabalgaba cómodamente y sin marearse, como si estuviera dando un tranquilo paseo. Casi inconscientemente, Yurisiel murmuró para sí mismo.

"A este ritmo, ¿Realmente podemos llegar al Frente Oriental en tres días?"

"Llegaremos al Frente Oriental en tres días".

Repentinamente, escuchó una voz justo a su lado. Yurisiel parpadeó y se dio la vuelta para ver de quién era aquella voz. Allí, en un caballo de color castaño, Lionel se acercaba a Yurisiel con su pelo rojo ondeando ligeramente al viento. Con una confianza inquebrantable, Lionel continuó:

"Tomar esta ruta acorta considerablemente el tiempo porque estamos atravesando directamente el bosque. En unos tres días, deberíamos llegar fácilmente al castillo de Orlan, en el extremo más alejado del Frente Oriental".

Yurisiel parpadeó y asintió lentamente. Si Lionel lo decía, debía ser cierto... De todos modos, Lionel era el único comandante que realmente había estado aquí antes. No es que no hubiera otros comandantes de la región oriental acompañándolos, pero ninguno de ellos conocía los entresijos de la geografía de esta parte del mundo tan cercana al Frente Oriental. Al pensar en eso, Yurisiel abrió la boca y habló con cuidado.

"Es una suerte que conozcas este atajo. En situaciones como ésta, ahorrar tiempo es más importante que cualquier otra cosa. En cualquier caso, me alegro de haberte traído".

La boca de Lionel se curvó en una sonrisa llena de confianza que no se había visto en mucho tiempo. Yurisiel lo miró fijamente, completamente en silencio.

Desde que la Segunda Fuerza Expedicionaria de Oriente había partido de la capital, Yurisiel no había visto a Lionel comportarse tan despreocupada y descaradamente a su alrededor como solía hacerlo. Estaba muy lejos de la forma en que había esperado que se comportase ahora que podía estar tan cerca de él, persiguiéndolo implacablemente en cada oportunidad.

Yurisiel nunca había visto a Lionel sonreír tanto como lo hacía ahora. Era sorprendente, dado el comportamiento pasado de Lionel, que siempre llevaba esa sonrisa de autosuficiencia en el rostro. Curiosamente, Lionel había parecido bastante tenso desde que emprendieron esta campaña. Yurisiel sacudió la cabeza, preguntándose cómo podría saberlo.

"Me alegra que Su Majestad piense así. Si piensa que soy útil, con eso me basta". Dijo Lionel, sonriéndole.

Yurisiel se estremeció ligeramente al ver la astuta sonrisa de Lionel. Las comisuras de sus encantadores ojos se doblaron con naturalidad en su dirección. Eso es puro instinto, instinto, pensó Yurisiel en sus adentros.

En cualquier caso, sus palabras eran significativas. Tal vez Lionel estaba realmente ansioso por demostrar su utilidad en el Frente Oriental, tal y como había mencionado Serbian. Originalmente, Yurisiel se había mostrado escéptico acerca de incluir a Lionel en los refuerzos, así que tal vez sólo estaba intentando demostrarle... que era de utilidad.

El tirano quiere vivirWhere stories live. Discover now