Jungkook termina con Taehyung porque quiere vivir y tener nuevas experiencias con otras personas. Se siente muy bien, muchas fiestas, mucho sexo y diferentes experiencias, pero... ¿Por qué le molesta cuando Taehyung también adopta ese estilo de vida...
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JungKook entraba a la cafetería del Instituto visualizando al instante la mesa donde TaeHyung se encontraba sentado, para su suerte, el asiento junto a él estaba vacío, YoonGi y JeongIn sentados frente a él. Suspirando, tomaba una charola de la barra del buffet y la llenaba con lo primero que se le cruzaba, sin darse la oportunidad de pensarlo una segunda vez, dirigía los pasos hasta su objetivo.
— Hola, ¿puedo sentarme? — cuestionaba nervioso al llegar a la mesa.
Su hermano lo miraba sorprendido mientras que Innie mantenía la boca abierta y una papa a medio camino. Ninguno había sido previamente informado.
—Oh, claro. Siéntate — TaeHyung respondía cruzando miradas con sus amigos, nunca les comentó que él almorzaría con ellos porque seguro buscarían irse y dejarlos a solas.
Cuando JungKook tomaba asiento a su lado, sus miradas se cruzaban, pero el ambiente era un tanto, bastante, raro e incómodo. Además, YoonGi y JeongIn estaban callados mientras comían y los observaban con atención. Ambos esperando un movimiento de su parte.
— Hola TaeHyung — hasta que una tercera voz aparecía para romper con la incomodidad.
La chica rubia llegaba algo agitada hasta al lado del pelimorado llamando la atención de todos en la mesa.
— ¡Mira esto! — ella exclamaba estirando su mano con una bolsa negra de tela. TaeHyung casi la tomaba. — ¡No, espera! Mejor no... — ChaeYoung cambiaba de opinión apresando la bolsa de nuevo en su pecho. — Es tu vestuario para mañana, pero mejor míralo cuando yo no esté presente — pedía apretando los labios. — Quizás no te guste porque no soy tan buena en esto, pero creo que no ha quedado tan mal. Aunque tú puedes opinar distinto. Mi mamá dijo que no era tan bueno. Sólo... sólo prefiero no ver tu reacción.
TaeHyung le sonreía comprensivo.
— Tú hiciste todos los vestuarios de la apertura y fueron increíbles Chae. Estoy seguro de que me gustará — aseguraba tomando la bolsa de sus manos. — Pero está bien, no lo miraré frente a ti si no quieres — la rubia suspiraba aliviada. — Y me aseguraré de hacerte saber cuanto me encantó cuando lo vea.
ChaeYoung sonreía.
— Gracias Tae, siempre eres tan lindo.
JungKook mantenía su mirada sobre su exnovio. Era cierto, TaeHyung no sólo era lindo y físicamente perfecto para él, sino que también era sumamente comprensivo y amoroso. JungKook no podía recordar un momento en el que haya abierto su corazón con él y recibido alguna respuesta negativa. Es por ello que continuaba lamentándose su miedo.
— Cuando te lo pruebes hazme saber si necesita algún ajuste.
TaeHyung asentía y después de un par de palabras más, la chica se retiraba.
