Jungkook termina con Taehyung porque quiere vivir y tener nuevas experiencias con otras personas. Se siente muy bien, muchas fiestas, mucho sexo y diferentes experiencias, pero... ¿Por qué le molesta cuando Taehyung también adopta ese estilo de vida...
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TaeHyung ni siquiera ingresaba a uno de los cubículos dentro del baño del Instituto, toda su atención de inmediato se dirigía a su propia imagen en el espejo, arreglaba su camisa y casi como una rutina sus manos apenas húmedas se encargaban de acomodar los mechones morados de su flequillo. Le gustaba verse bien, pero quizás debía prestar atención a más que los detalles de su propio rostro.
— ¡Boo!
En automático, el pelimorado daba un respingo en su lugar para después girarse con una mano en el pecho y la otra tomándose del lavamanos. Sin embargo, su expresión asustada se suavizaba al encontrarse con la leve risa de HongSeok.
— ¡Ah, hyung! — se quejaba dándole un leve empujón en el hombro. — Eres un tonto, en verdad me asustaste.
— ¿Lo dices en serio? — reía. — Yo pensé que ya me habías visto por el espejo.
— No, en realidad estaba... viéndome a mi — TaeHyung respondía de pronto sintiendo un poco tonto por perderse en su mismo rostro.
— Pero no te avergüences — HongSeok decía al notar el temblor de sus labios en las últimas palabras. — Yo también dejo de prestarle atención a todo lo demás cuando me encuentro con tu carita.
Por primera vez desde su primer encuentro, TaeHyung sentía algo diferente en el actuar de HongSeok. Su mayor no sólo era un chico dulce, pues también sabía manejar una situación para convertirla en algo más sugerente. Y quizás aquel halago había sido un buen inicio, pero la sonrisa satisfecha de TaeHyung como respuesta, en definitiva no significaba que estaba rendido ante sus pies.
HongSeok se había saltado los muchos halagos, caricias y preguntas que habían hecho a TaeHyung sentirse tan seguro las ocasiones anteriores. Las mismas dónde él había estado desesperado por un poco de afecto.
Es por ello que sentir los labios del castaño rozar sobre su mejilla y las grandes manos cerrarse con fuerza en su cintura lo sacaban por completo de razonamiento. Todo ocurría demasiado rápido, sus manos apenas atinaban a posarse sobre el pecho de HongSeok en busca de algo de distancia, pero no existía algo como ello cuando sus labios se veían atrapados entre los ajenos, con dientes que lo mordían sin permiso o algún indicio de deseo por su parte, con movimientos bruscos y acelerados. Su espalda estaba por completo contra la pared y un par de manos lo retenían con fuerza. El mismo par de manos que se las arreglaban para tocar más allá.
Había compartido besos realmente buenos con HongSeok, incluso después de que JungKook insistiera en recuperar su relación. Pero no había logrado algo más con nadie, ni siquiera lo había intentado, ni siquiera lo había deseado. Ahora, todos los movimientos de HongSeok le indicaban que buscaba algo más que simples caricias y apretones.
TaeHyung era un chico lindo y soltero con pretendientes cercanos a él y otros tantos admirando desde lejos.
JungKook era un pretendiente, pero antes había sido su novio, su primer novio, su primera decepción amorosa y el dueño de aquel dolor en su pecho al mirarlo besando otros labios. Recordarlo aún dolía, por eso la razón lo hacía sentirse culpable con HongSeok al empujarlo lejos de su cuerpo.
