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—¡Por Dios, Grace!, me la acaba de presentar, ¿de dónde sacas que la conozco de otro lado y que me gusta? —dije esperando sonar convincente.

—Otra vez negando las cosas —movió la cabeza exasperada —¿de verdad piensas que soy tonta?, se te olvida que por ser mujer soy muy intuitiva, además de que te conozco de toda la vida, ¿vas a negarme que entre tú y ella había una tensión muy fuerte?, que no es para nada normal cuando acabas de conocer a alguien.

—Estás equivocada Gracie, ya deberías de escribir un libro, últimamente andas muy fantasiosa.

—Y tú sigues insultando mi inteligencia, está bien, si no me quieres decir la verdad, no lo hagas, pero después no vengas a pedirme ayuda porque no sé si te la dé.

La abracé para tranquilizarla, en verdad había olvidado lo perceptiva que era y francamente no pensé que se notara tensión entre ____ y yo, ¿la habrá percibido John?, esperaba no haberla metido en problemas, aunque él la engañara, seguro actuaría como el típico macho si se enteraba que ella le hacía lo mismo.

Al día siguiente, quise llamar a _____, después de todo ella había preguntado si nos podíamos ver, claro que las cosas habían cambiado desde esa llamada, ahora ella sabía quién era yo y la verdad no estaba seguro de que la relación con John fuera del todo mal, debía quererlo o no estaría con él, la cuestión era averiguar qué tan profundos era sus sentimientos hacia él, pero para eso necesitaba tenerlos cerca, convivir con ellos, ver como se trataban, quizá era buena idea seguir la sugerencia de Grace e invitarlos a cenar uno de estos días, o tal vez, debía dejar que las cosas siguieran su curso, faltaba poco para el desfile de Millie y ahí era seguro que la viera, aunque no sabía si él la acompañaría.

Dos días más tarde John me invitó a almorzar en agradecimiento por haberlo invitado al partido y de paso veríamos unas nuevas inversiones, así que quedamos de vernos a las dos en el restaurante del Rose Imperial. Llegó muy puntual y mientras esperábamos que nos llevaran la comida hablamos de negocios y después hizo un comentario sobre tomar vacaciones que me dio una gran idea.

—¿Así que piensas tomarte unos días libres? —pregunté después de tomar agua.

—Es mi intensión, tengo como seis meses prometiéndole a ____ que viajaremos y no he podido cumplirle —sin querer me estaba proporcionando información valiosa.

—¿Y tienes algún lugar pensando? —mi mente maquiavélica estaba trabajando.

—La verdad no, tal vez la playa, no sé.

—Pues yo tengo una pequeña casa muy cerca de Las Vegas, si quieres te la puedo prestar por un fin de semana.

—¿Enserio?, eso sería fabuloso, siempre he querido ir a Las Vegas a apostar.

—Y a... —estaba a punto de decir
____, pero logré quedarme callado a tiempo, ya que él no la llamaba así —¿a tu novia le gustará ir allá?

—Seguro, con tal de estar conmigo irá a donde sea —arrogante, lo que no sabía es que no estarían solos.

—Si quieres consúltalo primero con ella y ya después me avisas.

—Más bien tengo que consultar con mi jefe que días puedo ausentarme de la oficina.

—Pues cuando sepas la fecha exacta me avisas para darte las llaves.

—Gracias, yo creo que será en dos o tres fines de semana, yo te confirmo —sonó su celular y sonrió al ver de quien se trataba —permíteme unos minutos, es de la oficina —se excusó y se levantó de la mesa.

¿De verdad habría creído que me tragué su cuento?, ni siquiera era ____ la que le llamaba, no tenía porque alejarse si se tratara de ella y menos con lo que acabábamos de platicar. Que rabia me daba saber que ella ignorara lo que realmente hacía su noviecito en su ausencia, aunque por otro lado y pensando mejor las cosas, eso era una ventaja para mí, me estaba facilitando el camino hacia ella y quizá algún día yo sería quien lo desenmascarara y ya no habría ningún obstáculo para que ella estuviera conmigo, en dado caso que así lo quisiera _____, tenía que asegurarme que estuviera igual que yo y en ese viaje me daría cuenta, porque ese viaje sería decisivo para el curso que tomarían las cosas entre ella y yo.

Después de varios minutos John regresó con una sonrisa idiota en la cara, ¿cómo podía ser tan cínico?, y no es que me espantara lo que hacía, yo era un mujeriego, pero al menos no engañaba a ninguna, sabían perfectamente como estaban las cosas, en cambio, él jugaba al novio lindo con _____ mientras se revolcaba con otra que, por cierto, como lo buscaba, mucho más que ella que era la novia oficial. Luego de comer y platicar otro rato quedó de llamarme para confirmarme cuando irían a Las Vegas y nos despedimos para regresar a nuestras respectivas oficinas.

Los días siguieron pasando y _____ no me llamaba, así que decidí respetar su decisión y yo tampoco la busqué ni fui a espiar a su departamento, quizá ella ya no quería verme, tal vez me había buscado porque tenía problemas con John y ya los habían solucionado, la única esperanza que me quedaba era verla en el desfile de Millie que sería esa noche.

Salí de la oficina y fui a mi departamento a cambiarme, después pasé por Grace y nos dirigimos al hotel. Al llegar se nos acercaron los fotógrafos, posamos unos instantes y luego caminamos hacia Millie que estaba con _____, quien al vernos se fue, se veía tan hermosa con ese vestido verde, creación de mi hermana. Ésta me abrazó y también a Grace, estaba tan contenta, uno de sus sueños se estaba haciendo realidad y yo me sentía orgulloso de ella.

Minutos más tarde _____ salió de donde quiera que estuviera y Grace se acercó a saludarla, yo la admiré por unos instantes y después me uní a ellas, no pude evitar acariciar su mano cuando estrechó la mía, se puso nerviosa ante el contacto y yo sentí deseos de abrazarla, pero otra vez tenía que mantener la compostura, estábamos en un lugar público y Grace ya se había dado cuenta que algo más había entre ella y yo así que caminamos a nuestros lugares para ver el desfile.

Sin embargo, no podía dejar de mirarla, lucía espectacular y mi mente lujuriosa imaginó varias formas de quitarle ese vestido y hacerla mía, incluso en ese mismo lugar. De repente, ella se levantó y la seguí con la mirada, entró a una de las bodegas, esperé unos minutos y luego me puse de pie.

¿Estás libre esta noche? Parte ll (Joseph Quinn y tú ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora