30

543 55 1
                                    


Accedió a subir al avión, pero no me dirigió la palabra para nada, eso me dolía, aunque no podía esperar que su actitud fuera diferente después de la gran idiotez que le había dicho, me daban ganas de romperme yo solo la boca por no saber tenerla cerrada.

Se levantó y supuse que iba al baño, esperé unos minutos y después la seguí, otra de mis locuras se había hecho presente en mi mente y, más que nada, estaba buscando reconciliarme con ella, así que toqué discretamente la puerta del baño, me respondió que estaba ocupado y seguí insistiendo hasta que me abrió y la obligué a entrar, me dijo que estaba loco y le respondí que sí, por ella, no había otra verdad.

Comencé a besarla, pero su boca permanecía cerrada, sin un pequeño atisbo que me indicara que en algún momento me correspondería, mis manos recorrían su cintura y sus muslos, las de ella estaban a sus costados y ese rechazo me dolió mucho más que la bofetada que me había dado.

Pero no me iba a rendir, no quería que siguiera enojada conmigo, mi lengua recorría sus labios tratando de entrar a su boca y mis manos subieron a sus senos, entonces ____ se rindió finalmente y su lengua recibió la mía que se unieron presurosas al tiempo que ponía sus manos en mi cuello y lo hicimos con urgencia en ese estrecho baño, cuanto había echado de menos su cuerpo.
Volví a pedirle perdón y me pidió que no abusara de ella, le di mi razón, aunque quizá no era suficiente para que me perdonara y finalmente me dijo que dependería de mi comportamiento, como deseaba volver el tiempo atrás para cambiar las cosas.

Regresamos a nuestros asientos y la abracé, después le entregué la letra de la canción y le comenté mis planes de cantársela a Millie, pero se negaba a aceptar porque le daba vergüenza cantar en público, hasta que debido a mi insistencia terminó por decirme que lo pensaría.

Después le conté la historia de amor de Millie y ella me platicó sobre sus padres, la información que me dio yo ya la sabía, lo que ignoraba era la relación tan fría y distante que mantenía con ellos.

Llegamos a la casa y tomé su mano para entrar, de inmediato sentí sus nervios al ver a toda mi familia en la sala, se la apreté para infundirle confianza, yo sabía muy bien que la recibirían cálidamente. Todos la abrazaron y yo estaba emocionado viendo las muestras de cariño para con ella, no podían faltar las bromas de Jamie, pero, ni siquiera me incomodaron, toda mi atención estaba puesta en ella, que no daba crédito a la actitud de los Quinn.

Después Natasha nos dio la noticia de que estaba embarazada y mi hermano orgulloso y feliz la abrazó, así que ahí me desquité un poco de sus comentarios, me daba tanto gusto que al fin fuera a ser padre, estaba seguro que sería el mejor.

Subimos a la recámara a arreglarnos para el ensayo, ____ de inmediato salió al balcón y yo fui tras ella y la abracé, le encantó la vista y a mí me encantaba tenerla ahí, conmigo, completando mi mundo, no podría pedirle más a la vida en ese momento.

Le pedí que nos bañáramos juntos, pero se rehusó argumentando que teníamos poco tiempo, así que ella lo hizo primero y mientras tanto desempaqué. Luego fue mi turno y al salir, quedé maravillado al verla, estaba radiante con ese sencillo y bonito vestido de color beige, que no pude contenerme y la hice darse una vuelta diciéndole lo hermosa que se veía mientras ella se sonrojaba.

Bajamos a la terraza, donde ya se encontraban los principales invitados, Millie la presentó y yo no podía sentirme más orgulloso de mi novia, se sentía tan raro pensar en ella con esa palabra, antes creía que había salido de mi vocabulario. Mi mamá se acercó a mí y me puso su mano en mi hombro.

—Que gusto me da verte enamorado, hijo, siempre había respetado tu forma de ser, aunque no estuviera de acuerdo con ella así que no tienes idea de la satisfacción que siento en este momento
por ti.

—Gracias mamá, francamente soy muy feliz y te voy a confesar algo, ____ es la mujer con la que quiero estar por siempre, así que pronto habrá otra boda en la familia.

—Me da mucha ilusión, este ha sido uno de los días más felices de mi vida, mi pequeña hija se casa, voy a ser abuela y tú estás planeando tu futuro.

—A mí también me da mucho gusto ver a mis hermanos realizados y en cuanto a mí, sólo te puedo decir que la amo demasiado.

—Y se ve que ella también a ti, además se nota que es una buena chica.

—Muy linda, mamá, ya la irás conociendo con el tiempo.

Después del ensayo, pasamos al salón para comer, al terminar, ___ y yo cantamos la canción, aunque era para Millie, la interpretamos para nosotros, en cada estrofa nos acercábamos más y cuando terminamos estábamos a milímetros de distancia.

—Junto a ti quiero estar el resto de mi vida, soy capaz de cruzar el Atlántico nadando sólo para llegar a ti, estoy profunda y totalmente enamorado de ti, ___ ___ —susurré en su oído, ella no respondió nada, pero no era necesario, su mirada de asombro me lo decía todo.

Cuando nos quedamos solos le toqué el piano, una melodía que había compuesto para ella, después la besé y acaricié ahí mismo, me detuvo diciéndome que alguien podría vernos, así que cerré todas las puertas y regresé a su lado, ella se rehusaba a que lo hiciéramos ahí, sin embargo, terminó cediendo y nos entregamos de una manera increíble, muy al estilo de una escena de la película Mujer bonita, sobre el piano.

—La noche apenas empieza, corazón, y juro que no te daré tregua —dije al terminar.

Luego de vestirnos, me pidió que le mostrara la casa, así que hicimos un pequeño recorrido por la planta baja y la llevé a la piscina, le sugerí que nadáramos y de nuevo puso de pretexto a mi familia y a la gente que andaba ahí trabajando, pero, otra vez la convencí.

No sólo nadamos un poco, sino que hicimos el amor ahí mismo, entre el agua y la compañía de la luz de la luna que hicieron más memorable el momento.

—Te amo ____—le dije finalmente, venciendo mis demonios.

—Yo también te amo ____, con todo mi corazón —respondió y la emoción fue tal que podría jurar que mi corazón se detuvo por un segundo.

Íbamos subiendo a la habitación cuando nos topamos con Jamie, quien salió con uno de sus típicos comentarios, logrando incomodar a ____, pero le dije que no le prestara atención, que él y Natasha también tenían sus anécdotas.

Entramos a la habitación y nos dimos una ducha rápida porque ambos estábamos tiritando de frío.

—Ni se te ocurra vestirte, corazón —dije mientras se secaba.

—Estoy empezando a sospechar que sí ingieres alguna sustancia prohibida.

—Juro que no, sólo tomo vitaminas, además la comida fue de mariscos, se sabe muy bien cuáles son sus propiedades —aclaré y le quité la toalla mirándola sensualmente —y lo principal...te amo y eso es el mejor afrodisiaco —añadí lamiendo su cuello.

—Yo también te amo y me encanta que seas así —aceptó con una risita.

La besé apasionadamente y después la cargué para llevarla a la cama, la deposité ahí y me comí sus senos alternadamente mientras mis dedos se deslizaban hasta su intimidad que invadí con ellos y comenzó a jadear y a susurrar mi nombre, después me llevé mis dedos a la boca para disfrutar de su sabor.

Dibujé sus labios con la punta de mi lengua entrando en su centro, ____ se arqueó al sentirme y se aferró a mi espalda, casi enterrándome sus uñas, fui embistiéndola lentamente en tanto la besaba, luego puse mi cabeza sobre su hombro, gimiendo ante la magnificencia de su cuerpo que se movía al unísono con el mío, apretándome con sus piernas y llevando sus manos hasta mis nalgas que empujaba para que llegara aún más adentro de su muy húmeda cavidad. Le hice a un lado unos cabellos que tenía sobre el rostro.

—¿Te gusta? —le pregunté con voz ronca debido a la excitación.

¿Estás libre esta noche? Parte ll (Joseph Quinn y tú ) Where stories live. Discover now