Maletas

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—Si, si...— la joven escuchaba del otro lado de la bocina a su padre, quien le explicaba que se verían en la estación de trenes cerca de las diez de la mañana, así llegarían pronto a Niza, y de ahí tomarían un autobús a la Galería del Fauno, dónde el padre de Sandro los recibiría —esta bien papá, ya solo me falta guardar un par de vestidos... Nos vemos ahí— y colgó con una sonrisa

Miró la maleta de Tintín encima de su cama, admiraba su sencillez y facilidad de combinar sus prendas.

Por el contrario, su cama se encontraba llena de ropa regada y a medio guardar en la maleta.

Se sentó suspirando en la cama de Tintín, pues en la suya estaba imposible, entonces recordó un par de días atrás.

—¡__________!, ¿Qué haces fuera de la cama?— su padre llegó al hotel Corona y la vió sentada en una de las pequeñas mesas del lobby

—Oh, vamos papá, estoy bien, además escuché que nos vamos a Cannes— soltó una risa

—¿Nos vamos?, ¿No se supone que estabas lastimada?, Pensaba dejarte en cuidado del señor Amico— se cruzó de brazos

—Yo también quiero ir a ver el mar, ¿Sólo tú y Sandro pueden?— bufó

Su padre solo comenzó a reír y luego se sentó con ella.

—Si aún fueras una niña pequeña, ese dolor tuyo se extendería un mes, solamente para no asistir a la escuela— sonrió

—Pues sí, quizá, pero quiero llegar al fondo de todo esto, y con esto la posibilidad de volver a estar juntos...— bajó la cabeza

Su padre no dijo nada, pues tenía las mismas intenciones al ir ahí, quería desenmascarar a Roberto, y a quien haya difamando a su familia años atrás.

—Promete que no te pondrás en peligro— la miró

—No tengo intenciones de ello, papá— asintió

—Vamos a Cannes, hija— y así, ambos sonrieron, continuando su conversación sobre otros temas

—Que lío...— se tumbó en la cama suspirando

Pero fue tomada por sorpresa cuando alguien tocó la puerta, obviamente era Tintín, y lo confirmó cuando pidió permiso para entrar.

Se levantó como un rayo y acomodó las arrugas de la cama, luego disimuló hacer algo y le dió el paso.

—Veo que aún se te complica empacar— soltó una pequeña risa

—Y que lo digas...— aclaró su garganta, aún un poco agitada por lo anterior —pienso guardar todo así y ya, tenemos que estar a las diez en la estación de trenes— miró el reloj en la pared

—Entonces déjame ayudarte, dos son mejor que uno— ella se sonrojó un poco, por lo que bajó la cabeza

—No quiero molestar, dijiste que estarías esperando con Tchang— continúo cabizbaja doblando ropa

—Lo dejé platicando con el capitán y con el profesor, no quiero volver a dejarte sola— pareció avergonzarse un poco

—No te preocupes, lo del otro día fue una broma— sonrió

—Broma o no, quisiera ayudarte— ella lo miró, no dijo más y asintió, se hizo a un lado dándole espacio para que le ayudara

Doblando ropa, platicaban sobre diversas cosas, una de ellas fue la desagradable noticia de que Tchang no podría viajar junto con ellos, pues aún tenía asuntos en Verona, pero prometió llegar un par de días después, todo iba bien, hasta que salió el tema del hospedaje en Cannes.

El Secreto Escocés (Tintín & Tú)Where stories live. Discover now