༺ Capitulo 3 ༻

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Sueños de dragón I:
El Unikalus de Harry

Hogwarts
Oficina del director

Abierto frente a él en su escritorio, Dumbledore leyó detenidamente el contrato de matrimonio que había arreglado para Harry y Ginny Weasley.
El borrador se había hecho durante el primer año de Harry y sufrió algunas modificaciones pequeñas a lo largo de los años, la mayoría por insistencia de Molly y la misma Ginny.
Sin embargo, era la única cláusula por la que Dumbledore había presionado la que le interesaba.
Siendo Harry menor de edad y como su guardián mágico, el director podía casarlo con Ginny en cualquier momento, lo que le daría a su nueva esposa el control total del patrimonio de Harry, siendo Dumbledore quien controlaría a Ginny y Molly sin que ellas lo supieran.
Incluso podía casarlo sin la presencia de Harry. El ritual de unión solo necesitaba la sangre de ambos prometidos para casarlos y el guardaba un vial de sangre de Harry por emergencias. Solo necesitaba llamar a los Weasley y traer a Ginny a la oficina.
Después de la unión, Albus no solo controlaría el patrimonio Potter, también el de la dinastía Emrys. Y tendría un jinete de dragón en sus manos, había pocas personas que se enfrentarán a alguien con un dragón.
Y Harry tendría hijos con Ginny, más jinetes de dragón.
Con una sonrisa satisfecha en su rostro, el director se levantó de su escritorio y se dirigió a la chimenea, para llamar a la Madriguera.

≪ •❈• ≫

Castillo Oculto

Después de una rápida charla con el gerente de las cuentas Emrys, quedó claro que Harry no solo no sabía nada sobre su herencia, sino que todo se le había ocultado por completo.
Según había dicho Griphook, a raíz de que su nombre saliera del cáliz tres veces maldito, Harry había sido emancipado, con efecto inmediato, y como tal, ahora era Lord Potter. También era el heredero nombrado de Sirius desde su nacimiento, lo que lo convertía en Heredero Black.
Ahí fue donde Ikeryon tomo la palabra y le dijo que, cómo último miembro del linaje Emrys con vida, ahora era Lord Emrys, Señor de los dragones y muchos otros títulos más en los que le daba migraña pensar.
Sin embargo, mientras que el patrimonio Emrys no se había visto afectado en lo más mínimo por la ausencia de un Lord, nada más allá de que la bóveda estuviera congelada, el patrimonio Potter era una historia diferente.
Muy diferente.

-Déjame ver si lo entendí bien-la voz de Harry era gélida, ojos verdes destellando con furia-No solo hay catorce años de rentas sin pagar de inmuebles en el Callejón Diagon, Hogsmade y Londres, sino que también hay objetos ancestrales y libros muy viejos desaparecidos y retiros no autorizados de la bóveda Potter y mi bóveda escolar-entrecerró los ojos-¿Me faltó algo?

-También hay inmuebles en París e Italia, Lord Emrys-Potter.

La mano de Harry se cerró en un puño y las llamas de la chimenea se avivaron, al mismo tiempo que las ventanas temblaban, el castillo reaccionando a la furia de su señor.
Más que acostumbrada a que la magia de su sobrino, significativamente más fuerte desde que había nacido Drake, reaccionara cada vez que su temperamento estallaba (Harry tenía mucho temperamento) Branwenn ni siquiera levantó la vista de los documentos que había traído Ikeryon cuando menciono:

-Y el contrato de matrimonio con Ginevra Weasley, mazai.

(Trad: Pequeño)

Y así es como estallo un jarrón lleno de rosas azules que se encontraba a unos metros de ellos.
Con reflejos rápidos, y todavía sin dejar de leer, la mujer fantasma hizo un perezoso movimiento de muñeca y cubrió a los goblins y al mismo Harry con un escudo, para evitar los trozos de cristal verde.
Desde el exterior, el rugido de Drake resonó dentro del castillo cuando el joven dragón reaccionó a los sentimientos de su jinete.
Harry cerró los ojos y respiro hondo, en un esfuerzo por calmarse a sí mismo y a su magia. Sabía que si no serena sus sentimientos, Drake se vería afectado a través del vínculo y su dulce cría entraría al castillo disparando fuego a diestra y siniestra.
Pero fue difícil, porque estaba furioso.
En una de sus lecciones para ser un jinete de dragón, Branwenn le había dicho que los Emrys tenían un temperamento terrible y una furia arrasadora. Los Emrys son dragones, la sangre del dragón caliente en sus venas y la furia de un dragón siempre sería algo de temer.
Por primera vez, Harry lo creyó. Casi podía sentir como su sangre latía en sus venas, su propio núcleo mágico latiendo en su pecho, una sed de sangre naciendo en su interior.
Iban a pagar, todos los que tuvieran algo que ver con robar lo que era suyo lo lamentarían, todos los que lo habían manipulado y utilizado.
Un dragón jamás olvida.
Una vez que sintió su pulso más estable y su magia más en control, Harry abrió los ojos y los fijo en Griphook.

El legado Emrys I:Sangre de DragónWhere stories live. Discover now