Adrienne Lively se enorgullece de ser inteligente, remilgada y correcta. Ella no va en contra de las reglas de la sociedad y se niega incluso a tomar un trago de tequila. En otras palabras: conservadora y tradicional.
Landon Downey, el soltero más b...
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Adrienne Lively:
—Nunca he sido tan feliz...
Estoy bailando con el amor de mi vida en una boda que se suponía que era solo para unos pocos, pero él me ha sorprendido una vez más. Landon ha invitado a nuestras familias porque es amoroso y maravilloso, además de ser el hombre más sexy del mundo. No quería que me arrepintiera de que las personas más importantes de mi vida no estuvieran conmigo en el día más feliz de mi vida.
—Landon, yo...
Esta felicidad burbujeante que siento en mi interior parece imposible de contener.
—¿Estás bien cariño? —me pregunta con una sonrisa pequeña.
—Oh si absolutamente, nunca he estado más feliz pero estoy nerviosa siento como si algo fuese a salir mal, nada de nuestra relación ha sido fácil.
—No estoy de acuerdo, enamorarme de ti fue tan simple y natural como respirar.
Me rio y como siempre Landon es mi rayo de sol que le da calidez a mi corazón. Pero me doy cuenta de que todavía algo me disgusta, alguien no está.
—Desearía que Jared pudiera estar aquí, es mi hermano y aunque solo ha estado poco tiempo en mi vida, nos hemos hecho muy cercanos.
—Él hubiera llegado a la boda si hubiera podido, lo prometo. Dijo que nos llamaría más tarde para asegurarse de que todos se estuvieran comportando.
—Landon, ¿llamaste a Jared? —le preguntaría sorprendida.
—Llamé a todos, para ser honesto incluso traté de encontrar a tu horrible media hermana, ella no aceptó la invitación, por supuesto pero sé que valoras la familia más que nada y sé que tienes un gran corazón. Pensé que ella probablemente desearía enterrar el pasado y ser buena contigo, pero no fue así. No hay nada en el mundo que no haría para hacerte feliz.
Landon sonríe y me besa la punta de mi nariz antes de capturar mis labios, su lengua juega contra la mía. En segundos he olvidado mi nombre y todos mis problemas.
—¿Qué hacemos con nuestros padres? —le cuestionaría al terminar el beso, mientras dirijo mi mirada hacia la mesa en donde ellos se encuentran platicando.
—Ellos estarán bien, claro que están en shock ahora, pero mira a tu madre. Ella está radiando felicidad.
—Se ve demasiado contenta —admitiría con una media sonrisa.
—Y espera a que le digamos del bebé...
—Cielos, esa va a ser una gran sorpresa.
—Van a estar encantadas nuestras madres cariño, se volverán completamente locas.
—Y controladoras pero sobre todo protectoras —agregaría imaginando ese escenario.
