Kirari & Sayaka

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Sinopsis: Sayaka está preocupada por el rumbo de su relación con Kirari. No sabe dónde está parada. Quiere llevarla a un punto más alto, sin embargo, teme que Kirari no esté dispuesta a dar ese salto. Ambas, con sus propias percepciones del amor, intentarán llegar al corazón de la otra.

-/-

Lo tenemos todo.

Bueno, "todo" dentro de los parámetros normales. Tenemos citas, caminamos de la mano, conversamos, nos miramos con cariño, nos abrazamos, nos besamos, también hacemos "aquello". Lo tenemos todo.

Menos eso.

La presidenta no me dice te amo.

Siempre que yo se lo digo, ella se limita a suavizar la sonrisa y darme un beso igual de suave. Es un lindo gesto, no es que esté disconforme, pero... de igual manera no puedo evitar sentir una molestia en el pecho por la respuesta muda.

¿Por qué no me lo dice?

¿Es porque hace poco que estamos saliendo? Pero nos conocemos hace tres años... Cuando no éramos pareja, ella solía decirme "te quiero" o "me gustas". Ahora, nada.

No lo entiendo.

¿Acaso no me ama?

¿Solo soy un entretenimiento más?

Entiendo que la presidenta tiene otro modo de ver la vida, se expresa diferente a los demás. Y esa es una de las tantas cosas que me gustan de ella. Pero...

Pero, pero, pero, ¡pero...!

Soy una idiota. No debería dudar de la presidenta, sin embargo, acá estoy, suspirando en el sofá del despacho como nunca.

Dejo el cuaderno de notas en la mesita baja. Soy incapaz de concentrarme en mis tareas.

—¿Puedo saber a qué se deben tantos suspiros? —Una voz calmada me sobresalta. Pasos se acercan con la misma calma—. Iba a decirte que la sonrisa te queda mejor, pero no hay nada que te quede mal, Sayaka. Tu semblante contemplativo es una pintura.

Levanto el rostro tras el cumplido de la presidenta, que ya se ha vuelto una rutina escuchar. Ella me sonríe con una mano en la cadera. Todos los días tiene algo nuevo y galante para decirme. Todos los días me enamora más con ello. Y aún así...

—No es nada, presidenta.

—Oh, por favor. Deja los formalismos. Estamos solas, ¿no es así?

Se sienta a mi lado. Pone un brazo en el respaldo del sofá con una expresión pícara que, conociéndola, puede terminar en una situación erótica si le doy pie. No sería la primera vez que aprovechamos el despacho para... Bueno, desestresarnos un rato. Por supuesto, yo siempre estoy en contra de hacerlo aquí. No me siento cómoda, por no decir que hace bastante sospecho que hay cámaras escondidas. Lo único que me borra la idea de la mente es que, si las hubiera, Yomozuki Runa (primera sospechosa) ya se habría hecho millonaria vendiendo nuestros videos. No por mí. Nadie quiere ver mi cuerpo desnudo, pero el de la presidenta... Conozco varios que darían la vida por eso. De pronto me siento privilegiada por ser la única capaz de verla como vino al mundo.

—De hecho, me rectifico. Deja los formalismos para siempre —agrega ella, tomando la taza de té que dejé preparada en la mesita con una calculada anticipación— ¿No te lo pedí muchas veces ya? Que me llames por mi nombre, no importa donde estemos.

—... Le das mucha importancia al nombre —contesto, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no volver a la cordialidad. Aún me cuesta acostumbrarme— ¿Por qué?

Kakegurui: Kirasaya One-shotsWhere stories live. Discover now