Capítulo 36: miras o mueres

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STRANGER THINGS

SEASON 4

— ¡Max! — exclamé y corrí donde estaba ella, la cual me abrazó desesperada

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— ¡Max! — exclamé y corrí donde estaba ella, la cual me abrazó desesperada.

— ¿Cómo es posible? ¿Qué hacés acá? Mierda no debería de estar pasando esto — añadió y yo bufé, mirando a mi alrededor.

— Puede que si, que sea posible — dije y volví mi mirada a ella, que me miraba algo confusa — Estábamos las dos en casa de Vecna, éramos presa fácil, y decime, ¿qué pensaste antes de terminar acá? — señalé el lugar.

— Cerré los ojos y empecé a recordar mis momentos más felices y, terminé acá — explicó y yo asentí — ¿Vos también? —

— Sí — asentí y volví a abrazarla — ¿Está Lucas con vos, no? ¿Te está cuidando? — pregunté nerviosa.

— Eso espero — bufó y me miró — Espera. Vos — añadió y alcé una ceja — Ni Steve ni Nancy ni Robin llevaban un aparato de música, ¿cómo pretendes salir del trance? — preguntó y yo bajé la mirada — ¿Madelaine? —

— Eso no es importante ahora — añadí y observé el lugar — Necesitamos sellar todas las entradas y, después, ya vamos a pensar como sacarme de acá — expliqué y ella asintió.

La miré mientras se acercaba por una silla, para colocarla en la puerta. Sabía que de ahí no iba a salir, no tenía música con la cual ayudarme, así que era imposible que Vecna me dejara ir. Pero no quería asustarla, no cuando estábamos encerradas en un recuerdo conjunto siendo perseguidas por un monstruo de un mundo paralelo.

— ¿Me vas a ayudar o te vas a quedar mucho rato ahi parada? — añadió sarcástica y las dos soltamos una pequeña risa, mientras yo me acercaba a ella. Se agradecían momentos así en esa situación.

Empezamos a colocar varias sillas en frente la puerta del gimnasio, unas encima de otras, procurando que no cayeran. Unos cinco minutos más tarde ya teníamos una gran pila de sillas, que bloqueaban la puerta perfectamente.

— Voy a poner una última, por si acaso — dijo Max y se dio la vuelta, alejándose de ahí.

Yo, cuando volví mi mirada a la puerta, vi como las sillas habían desaparecido y en lugar de ellas estaba la puerta de la antigua casa de Victor Creel frente a mi.

— Max... — la llamé mientras me alejaba sin apartar la mirada — Creo que no sirvió de nada — añadí poniéndome delante suyo, tratando de protegerla por si algo aparecía.

De pronto, todos los globos del lugar empezaron a estallar, asustándonos a las dos. De ellos salía disparada sangre, como si alguien los hubiera rellenado.

Las dos caminamos hacia atrás, y por culpa de eso, Max choco con la mesa del DJ de la sala, y esta se encendió, empezando a sonar "Dream a Little of Me" de Ella Fitzgerald. Pero se escuchaba distorsionada, como si algo interrumpiera la salida del sonido.

𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆𝐒/ 𝐒𝐓𝐄𝐕𝐄 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐈𝐍𝐆𝐓𝐎𝐍Where stories live. Discover now