Chapter XIII.

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—¿Victoria?.—le puso pausa a la TV.

—¿Qué pasó?

—Voy a salir.

—¿Pa' donde, quieres que te acompañe?

—Este...—frunció el ceño.—Es que es con Mateo, no creo q...

—¿Te vas a ver con tu ex?

—No es tan así.

—Entonces dime cómo es exactamente.

—Es por un show, quiere que salga como artista invitada.

—¿No se dejaron?.—asenti.—¿Y para qué carajos quiere hacer ningún show contigo?

—Porque tenemos canciones juntos, quizás.

—Mera, no respondas así tampoco.—se acercó a mi.—Corre, más bien vuela hasta Rayita.

—No le digas así.

—Pero deja de defenderlo.

—Ay, Victoria.—suspiré.

—Es solo una excusa para verte y creo que eres consciente de eso.—volvió a darle play a Netflix.—Que te vaya bien.

Me apoyé en la pared y me quedé en silencio unos segundos, reflexionando acerca de la conversación que acabábamos de tener.

—Ya me tengo que ir.—susurré cuando sentí mi teléfono vibrando, de seguro Trueno ya estaba esperando por mi.

Me acerqué a Victoria provocando que me mirase con confusión, me incliné hacia sus labios y pensé que se alejaría para evitar el beso pero no fue así, correspondió el beso com dulzura a pesar de que obviamente estaba que se le llevaban los demonios por la rabia.

—Mejor antes.—dijo tras interrumpir el beso.—Quizá llegues más tarde con la boca llenita de las babas de él.

Me quedé petrificada, no sabía cómo reaccionar ante una acusación así, no pensé que escucharía un comentario así viniendo de ella, de nadie en realidad ya que es un comentario muy feo como para decirle a alguien por más mordio' que estés.

Salí de la suite, me subí al ascensor e inmediatamente pulsé el botón de recepción, esperé pacientemente hasta que en sonido me indicó que ya había llegado a mi destino y posteriormente busqué con la mirada el carro de Trueno, una vez ubicado, fui hasta él.

—Mamichula.—sonrió.—¿Estás bien?.—asenti.—Vos no me podés mentir, te conozco.¿Que pasó?

—¿Podemos irnos ya?

—Pará un poco, mirá cómo estás no podemos llegar así, estás toda triste.—me apoyé en el capó.

—Ya se me va a pasar, solo vámonos.—me tomó del mentón para que lo mirase, supongo que se había cansado de que le desviara la mirada continuamente.

—¿Problemas en Mikodiso?

—Mirko y paraiso, que original.—soltó una carcajada.—Es una estupidez, le estoy dando demasiada importancia.

—Si querés hablar nos queda un camino largo.—asentí antes de subirme en el asiento de copiloto.—Está mi viejo allá, no podía resistir las ganas de verte.

—¿Él sabe?

—No.

—¿Alguien sabe?

—Pues todos los espectadores frente a los que dijiste que ya no andamos.

—Trabaja esa pasivo agresividad, Mateo.

—Tranca, no te guardo rencor igual.—me fijé en el paisaje.—¿Qué harás estos días?

break up with your boyfriend ; young mikoWhere stories live. Discover now