Castigo

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Wei Ying se encontraba sentado siendo azotado con fuerza por una tabla de madera una y otra vez en su espalda. Unos ancianos decían cosas crueles mientras Lan Zhan estaba a lado de ellos, su gélida mirada perforaba sus huesos.

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Cuando llegaron a la parte alejada del patio de Gusu, Wei Ying pudo visualizar a un grupo de personas, eran los ancianos de la secta, uno de ellos cargaba con una pesada tabla de madera. Le dijeron que se sentara y se ponga firma, el obedeció.

–Bao, inicia con esto– dijo la anciana dándole el tablón al joven robusto de su lado, quien lentamente lo agarró.

Uno de los del grupo habló –Wei Wuxian, por tus pecados en tu anterior vida, tendrás que ser castigado, 300 golpes serán el número de hoy–.

Y Wei Ying solo pudo sentir dolor después de eso.

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Era de tarde cuando Xichen salió de sus aposentos después de un largo papeleo, necesitaba un descanso luego de estar sentado todo el día, mientras se dirigía a ver a su tío, algunos murmullos de dos de los juniors más pequeños llamaron su atención.

–¿El maestro Wei estará bien? ¿no deberíamos decirle a alguien?– el deje de preocupación fue transmitido hacia él.

– No lo sé, se veía doloroso- habló el segundo niño,– Hanguang-Jun estaba con ellos, así que no deberíamos meternos– finalizó, antes de que se alejaran por completo se escuchó – pero, me pregunto si él de verdad no está sufriendo–.

Esta conversación hizo preocupar al Jade mayor, al inicio, pensó que quizás habían visto algo que no debían, pero, al nombrar a ellos, inmediatamente supo que algo andaba mal y caminó en la dirección de dónde venían los niños, el salón principal y el jardín trasero estaban en su vista, al revisar el primero no encontró nada, así que se encaminó al segundo.

A medida que se iba acercando, podía escuchar cada vez más voces, manchadas por la edad, pero estaban ahí, al principio no captó lo que decían, pero luego solo escuchó palabras llenas de veneno para alguien, justo al virar la esquina frente a él, estaba algo que no podía creer.

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–Wangji, ¿que está pasando?– el nombrado se volteó a ver a su hermano quién irradiaba confusión y preocupación.

–¿Por qué el joven Wei está siendo golpeado?– debía haber una respuesta lógica a esto.

–Castigo– fue lo único que escuchó.

–Está bien, pero ya fue suficiente, has  que se detengan– hizo el ademán de ir hacia Wei Ying cuando Lan Zhan lo retuvo del brazo.

–Es su castigo, no interfieras–.

–Pero– musitó– es lo que debe recibir, ya acabará– miró a su hermano una vez más y se soltó de su agarre, él no se podía quedar ahí, si Wangji era tan recto como para soportar ver a Wei Ying doblado de dolor, él no lo era, debía hablar con su tío.

¡Basta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora