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Luego del beso, ambos se habían estado ignorando. No duraron demasiado, Stiles solo se había salteado dos días de entrenamiento, pero el viernes, cuando era noche de manada, se había presentado a la puerta de Hale, luciendo una sudadera que no le pertenecía.

Derek se había quedado inmóvil en la puerta. Danny, quien se encontraba a un lado de Stiles, los miraba a ambos sin comprender por qué parecían en pánico.

-Hey, Derek.-Danny saluda y eso saca de los pensamientos al peli-negro.

El rostro del oji-verde es inexpresivo mientras gruñe.-Pasen.

Ambos jóvenes pasan sin decir demasiado, Stilinski aprovechando a escurrirse hacia la sala de estar donde Isaac, Cora, Erica y Boyd ya se encuentran.

Derek observa hacia donde se encuentra el oji-marrón, su ceño fruncido mientras se siente un poco estupido.

Él estaba interesado en Stiles, ¿Pero qué tal si el adolescente solo quería divertirse? ¿Probar algo nuevo?.

Desde ese momento, Hale pasa el resto de la noche aún más callado de lo normal. Solo se sienta en el suelo, dejando los sillones para su manada, mientras mira la estupida pelicula de Marvel que Stiles había peleado por poner.

Incluso se va a la cocina minutos antes de que la película termine, sólo para no ver a Stiles con su cabeza recostada sobre el hombro de Danny.

Prepara café para la manada, pero él bebe el suyo con su cadera recostada en la mesada de la cocina.

La manada comienza a salir media hora después, mientras Hale aún está metido en sus pensamientos y con el café frío en sus manos.

Puede escuchar el latido acelerado de Stilinski mientras éste se acerca a la cocina. El adolescente le sonríe apretado cuando se apoya contra el marco de la puerta de entrada de la cocina. Inspecciona al alfa. Estaba un poco preocupado de que, luego de lo sucedido, lo rechazara o lo echara de la manada. Pero, por el contrario, parecía demasiado pensativo y callado. Mucho más de lo que normalmente era.

-¿Todo...todo bien, sourwolf?.-Stiles pregunta, sus manos se meten en el bolsillo amplio de la sudadera de Danny. Él fue quien lo convenció de ir a la noche de manada. Lo había pasado a buscar por su casa y, cuando vio que estaba desabrigado, le había prestado su sudadera.

The one-Sterek.Where stories live. Discover now