The one-Sterek.

3

Eli ingresa a la comisaría luego de que se asegura de que su padre ha terminado su turno allí. En realidad, solo pasaba una vez al día para comentar sobre el nuevo caso sobrenatural que le habían asignado.

Saluda a un par de oficiales, quienes le contestan emocionados. Eli es un visitante frecuente. No como alguien que cometió un delito, claramente, porque su padre lo asesinara si fuera así.

Se encamina hacia la oficina del Sheriff Stilinski, golpeando dos veces antes de entrar, sin esperar respuesta. El hombre mayor eleva su mirada de los papeles y niega con su cabeza, una sonrisa tirando de sus labios.

-Debes dejar de fingir que vas al psicólogo y venir aquí. Tu padre lo descubrirá y va a asesinarnos.-Comenta pero, aún así, señala el asiento vacío frente a su escritorio para que el niño se siente.

Eli sonríe triunfante mientras obedece, frjando sobre la mesa una bolsa con comida.-Te traje costillas de cerdo a la barbacoa para comprar tu silencio.-Bromea el joven. El sheriff Stilinski rie mientras inspecciona la bolsa.

-No deberías estar bromeando con esas cosas, hijo.-Lo reprende Stilinski pero solo hay cariño en sus palabras. Empuja una de las bandejas hacia Eli, quien comienza a comer de inmediato.

-Esta bien, tienes razón.-Asiente el chico, luego sus ojos se deslizan hacia los papeles sobre la mesa. El sheriff le da una mordida a la costillita. Eli limpia torpemente sus manos antes de estirarlas hacia los papeles. El mayor golpea suavemente su mano para alejarlo.

-Ya hablamos sobre esto. No puedes tocar los papeles con las manos sucias.-Comenta.-Aun así, puedo comentarte lo que esta sucediendo.-Eli asiente con entusiasmo y escucha atento la información que el Sheriff le brinda. Sabia de los incendios en la reserva porque había espiado una charla que su padre había tenido por teléfono. Había un par de sospechosos, pero nadie tenía las pruebas suficientes como para arrestarlos.

Eli, quien amaba escuchar los casos policiales, lanza un par de hipótesis sobre lo que cree que está sucediendo. Cuando sus ojos se posan sobre el mayor, éste le sonríe con cariño.

-Me recuerdas demasiado a Stiles.-Murmura el Sheriff y acomoda su garganta, nervioso.

-¿Es por eso que me quiere?.-Pregunta haciendo ojitos hacia el adulto. John ríe.

-Nah. Si solo me hicieras acordar a cuando mi hijo era adolescente y desastroso, ya te habría arrestado.-Responde.-En realidad Derek necesito mucha ayuda cuando eras pequeño. Y yo estuve allí, junto con algunas personas más. Así que bueno, siento que eres mi nieto.-Eli le sonríe agradecido por aquello. Luego sus ojos brillan, emocionado.-Oh Dios, conozco tan mal ese tipo de mirada. Solo te recuerdo que puedo arrestarte.

Eli niega.-No haré nada ilegal. Lo prometo.-Contesta.-Es solo que, uh, quería saber más de la vida de mi papá cuando era joven. Y, según me dijo, salió con su hijo por un tiempo.

El sheriff suspira y psdea una mano por su cabello.

-No creo tener permitido hablar de ello, hijo.

-¡Jesús! ¿Es que mi padre pertenece a la mafia y no lo sabia? Nadie quiere hablar de él y Stiles.

John ríe.-No es parte de la mafia. Solo...respetamos el pasado de ambos.-Eleva sus hombros, restandole importancia.-Ademas, no fui precisamente bueno con Derek cuando supe que salían. Así que, digamos que intento no tocar ese tema. Ahora somos amigos, pero me disculpe por arrestarlo por salir con Stiles.

Eli resopla, luego ríe.-¿Arrestaste a papá?.

El Sheriff asiente. Luce apenado.

-Cuentame más. Me servirá como material de chantaje más adelante.

-Eso esta tan mal en tantos niveles, hijo.-John comenta, divertido.

-Tú no te preocupes.

Entonces, John pasa el resto de la hora contándole lo poco que sabía de la relación de su hijo y Derek.