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La hora más peligrosa era la hora del búho, Everys había escuchado en varias ocasiones de la propia boca de su esposo lo terrible que se volvía las calles de King's Landing. Violaciones, robos, asesinatos entre otras cosas se llevaba acabado, No era un lugar seguro para una mujer.

Aún así everys había escapado de la fortaleza roja junto ser criston para llevar a aegon devuelta a la fortaleza roja, ahora era el rey ya no podía darse el lujo de escabullirse de la fortaleza.

Caminar en los callejones de King's Landing le daba un terrible asco a Everys, el olor a orines, licor, humo y sangre invadía sus fosas nasales.

Al llegar a la calle de seda miró como algunas mujeres se encontraba afuera del establecimiento algunas bailaban, otras le daba placer a los hombres a la vista de todos. Entra al burdel era sofocante, el aura del lugar era de lujuria, tan pronto como entro al lugar los gemidos de las mujeres y hombres llegaron hasta sus oídos.

― Espéreme aquí ― pronució ser criston, el ser se acercó a una mujer estos intercambiaron algunas palabras la mujer señaló el pasillo oscuro y el ser asintio.

― ¿Y dónde está?

La miro ― En la sala privada con diez rameras

El ser camino hasta aquel lugar, la joven princesa fue detrás de el. Cuando entraron al pasillo completamente oscuro algunos hombres alzó sus miradas y miraron a everys con curiosidad, pocas mujeres pasaron descaradamente sus manos por el cuerpo de everys. Trago saliva acte el contacto si daemon estuviera en la fortaleza roja seguramente se regresaría ahora mismo para satisfacer su necesidad, pero su esposo no se encontraba en King's Landing para su mala suerte.

Everys abrió la puerta de la habitación privada donde su hermano de encontraba, Aegon estaba acostado entre los cojines mientras que dos doncellas bailaba sobre una mesa el resto de las mujeres estaba acostadas a lado del rey. La habitación olía descaradamente a licor y incienso, aegon giro la mirada y se encontró con su hermana este rápidamente de levantó de quel lugar parecía que su alma lo avía abandonado en cuanto miró a su hermana junto a ser criston.

¿Acaso el licor a matado tu inteligencia? ― pronució molesta, aegon agachó la cabeza. No sabía que decir y tampoco que hacer, el podía ser el rey de los siete reinos, pero ella era su hermana y ella lo puso en el trono de hierro. ― Ser Criston saque a las lindas señoritas de aquí y mire que se les pague bien

Las mujeres se levantaron y salieron de la habitación, ser Criston fue detrás de ellas y cerro la puerta. Una vez completamente solos everys se acercó hasta aegon y lo abofeteo.

― Eres el rey compórtate como tal ― aegon la miró con los ojos cristalizados ― ¿No te casas de ser la vergüenza?

― A caso no te es suficiente con que este sentado en el trono de hierro

Está jalo de su cabello, aegon soltó a jadeó. ― Y de que sirve que estés en el trono de hierro si lo único que provocas es deshonor, eres una jodida vergüenza

Si soltaron del cabello aún lo saco a rastras de la habitación, aegon soltaba súplicas en buscas que la liberación. Pero everys estaba tan enojada que lo llevo a la fortaleza roja en esa posición.

Una vez ahí está lo arrojó en sus aposentos, aegon se levantó asustado. ― La próxima vez que salgas a los burdeles te juro que no seré considera y me importara una mierda que seas el rey, haré que te torture hasta que no puedas más

Salió de los aposentos y miro a ser lariuss quien se encontraba nuevamente ahí, ambos se miraron pero no pronuciaro ninguna palabra. Nada raro ninguna de los dos se hablaba y cuando lo hacía tenía que ver sobre unas pequeñas misiones.

― Princesa everys, moonsky está listo ― pronució ser criston mirando como está se colocaba los guantes

Lo miró ― Volveré pronto ser, cuide de mis hijos

― Que le diré a su madre si me preguntan por usted ― Everys apretó los labios y soltó un suspiro.

Ella iba a Winterfell sin decirle a nadie, ni siquiera daemon que llevaba más de una semana en el norte lo sabía.

― Solo dile que fui a conseguir aliados ― está subió al carruaje.

Al llegar a pozo de dragones miró a Moonsky lista para salir, está se acercó hasta el dragón y acario sus escamas.

Será un vuelo largo ― este soltó un ligero bufido en respuesta.

Winterfell.

Las noches en Winterfell era frías y daemon lo aprendió terriblemente, incluso envuelto con las pieles no conseguía estar en calor. Los baños se había vuelto pesados para el, las doncellas de la fortaleza no estaba acostumbradas a preparar el agua hirviendo, la temperatura que usaba los señores del norte apenas y era placentera para el principe canalla. 

La falta de contacto con su mujer lo estaba volviendo loco, según daeron mientras el pasaba por los aposentos dónde el principe se hospeda el llamo a everys desesperadamente. Daemon vivía con la preocupación del estado actual de su esposa se sentía mal por haberla dejado en el momento más difícil, pero fue ella misma que lo mando al norte.

― Mi principe llegó un cuervo para usted ― daemon soltó un gruñido, este se levantó aún envuelto con las pieles y abrió la puerta. ― Disculpe la hora pero es un cuervo desde dragonstone

Daemon tomó el pergamino en sus manos y cerró la puerta de golpe, este lo leyó con sumo con cuidado era un mensaje corto, pero era una amenaza.

“ Cuidar a la golfa de tu esposa será la siguiente en morir ”

No sé encontraba firmando por alguien, pero era bastante evidente que proviene de la familia de rhaenyra. Una advertencia demaciado fuerte solo provocaba el deseo de querer quemar todo dragonstone hasta los cimientos.

Este se sentó en la cama y aún envuelto entre las pieles debía de solucionar cuánto antes este problema tenía que volver pronto a la fortaleza roja y tenía que proteger a su esposa e hijos.

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𝐆𝐋𝐎𝐎𝐌𝐘 𝐂𝐋𝐎𝐂𝐊 | Daemon TargaryenWhere stories live. Discover now