𝐆𝐋𝐎𝐎𝐌𝐘 𝐂𝐋𝐎𝐂𝐊 | Daemon Targaryen

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― Te ves sola ― esta dio un pequeño salto ― puedo arreglarlo

Se giró ― ¿Qué haces aquí aemond?

― La batalla en reposo del grajo termino

― Qué bien, ¿dónde esta daemon?

Sonrió ― Escoltado su valioso premio ― esta lo miró confundida ― La gran cabeza de meleys.

― Siete infiernos

― Llegará en el atardecer ― se acercó hasta ella ― creí que todos se encontraba durmiendo, pero tú estás despierta.

― No puedo conciliar él sueño ― aemond posó su mano en la cadera de esta con su mano libre comenzó a acariciar su cabello

― Eve ― la voz de gwayne se escuchó en la habitación, aemond se giro dejado ver a su tío parado en la entrada de los aposentos ― No sabía que estabas aquí aemond

― Y yo no sabía que visitas a mi hermana ha altas horas de la noche

Suspiro ― Tío déjame a solas con mi hermano ― Gwayne asintio mientras miraba aemond, los dos parecía querer matarse ahí mismo ― Ahora.

― Por supuesto su gracia

Aemond respiro profundamente y miro a su hermana detalladamente, esta parecía estar ida con sus pensamientos. El joven principe se sorprendió de que no lo estuviera corriendo de los aposentos.

― Qué tan malo sería traicionar la confianza de alguien por segunda vez

Apretó los labios ― Terrible, creo que desconfiaría demaciado si lo hace por segunda vez y a la tercera me alejaría de esa persona.

― Pero si ella aguanta rumores asquerosos

― No es lo mismo rumores que actos Eve, podrá que ser que te perdone, pero jamás volverá a verte como antes. ― Esta solo se limitó asentir ― me puedes contar si lo deseas

Lo miró ― El primero fue ser lariuss ― pronunció en alto valyrio ― los trillizos son hijos de él

― ¿Y el segundo?

― Gwayne ― aemond tenso la mandíbula al escuchar aquel nombre, había tocado a su hermana. ― En la misma noche que aegon murió, pero no sé a repetido otra vez tal acto

― Y que no vuelva a suceder, dioses que se yo es tu vida ― pronunció serio, este acarició la mejilla de everys ― no te dejare sola apartir de ahora y no menos importante guardaré tu secreto Eve

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― Buenos días princesa ― pronunció la doncella entrado en los aposentos, las mujeres comenzaron a preparar la mesa. Algunas miraron con curiosidad ha aemond, quién dormía en el sofá.

Gwayne entro en los aposentos y miro aemond con algo de curiosidad, everys se acercó hasta él y lo tomo del brazo, está se acercó a su oído y comenzó a susurra.