🌅 UN DESEO HECHO REALIDAD🌠 30/04/2023

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Había una vez un hombre que vivía en un pueblecito donde el mar estaba muy lejos y toda su vida se había dedicado a trabajar duramente para poder sobrevivir. Jamás se había permitido lujo alguno y todo lo que ganaba lo destinaba a mantener su casa y comprar unos pocos alimentos.

Su día a día carecía de emociones y entretenimientos, pero nunca se quejaba de su vida pues el pensaba que era lo que le había tocado vivir y se conformaba sin quejarse.

Sólo había algo que deseaba con todas sus fuerzas: ver el mar. Desde pequeño se preguntaba si sería tan espectacular como algunos ancianos le contaron que en otro tiempo habían sido pescadores, le habían contado que era hermoso el oceano.

Le fascinaba escuchar sus historias, plagadas de anécdotas sobre enormes peces y tremendos oleajes que derribaban barcos de una sola embestida pero para el, el deseo de ver el mar era su único deseo antes de morir.

Durante años, guardó cada semana una moneda con el fin de ahorrar y algún día poder emprender ese deseado viaje que le llevaría a la costa.

Una mañana, por fin, el hombre sintió que ya había trabajado bastante y que el gran momento de cumplir su sueño había llegado. Cogió la oxidada cajita de metal donde puntualmente guardaba el poco dinero que le sobraba y contó unas decenas de monedas y al hacer el conteo tenía ahorros suficientes para poder permitirse ser un viajero libre como el viento durante una semana.

La ilusión le desbordaba y preparó todo con mucho esmero: la ropa, el calzado, las provisiones que debía llevar y en cuanto tuvo todo listo, tomó el primer tren hacia la costa y, una vez instalado, se quedó dormido a pesar del ruido de la gente y de los animales que iban en los vagones de carga.

El aviso de que había llegado a su destino le despertó. Recogió sus pertenencias y, emocionado, corrió a ver el mar. Cuando sus ojos se abrieron frente a él, se llenaron de lágrimas de felicidad.

- ¡Oh, qué hermoso es! Mucho más grande y azul de lo que me había imaginado exclamó llorando a gritos de emoción.

Se quitó las sandalias y sintió la fina arena bajo sus pies. Muy despacio, caminó hasta la orilla dejando que la brisa del atardecer bañara su cara.

Después, en silencio, contempló las olas, escuchó su increíble sonido y, entonces, se agachó para probar el agua. Juntó sus manos, dejó que se inundaran y mirando el agua se reflejo su rostro y mirándose dijo, wow lo eh logrado pero pasando un viejito le toco del hombro y lo miro fijamente y le dijo aveces Dios no nos permite lograr nuestros deseos pues no son su voluntad pero hoy has llegado a este lugar porque Dios quería hablar contigo y decirte que no importa cuán difícil fue tu situación yo estoy en control y todo marchara bien confía en mi.

- Sentándose junto al anciano quedaron toda esa tarde hablando juntos del evangelio y el hombre que deseaba ir a la playa no sólo cumplió su deseo si no que recibió más de lo que fue a buscar, pues el anciano le predicó la palabra de Dios y este acepto a Cristo y en esa misma hora fue bautizado en las aguas y vivió este hombre sus días predicando en la playa sobre el evangelio de Cristo así ganando miles de almas y fueron sus días feliz en todo lo que se proponía.

NOTA ESPECIAL: Muchas veces deseamos hacer algo y no lo logramos pero no nos damos cuenta que Dios lo evita pues no es su voluntad pero recuerda algo que debemos contar con Dios siempre en todo momento y para todo pues quien nos guía es Cristo ya no nos mandamos nosotros si no El padre celestial.

Salmos 37:5
Encomienda a Jehová tu camino,Y confía en él; y él hará.

Por: Jonathan Santana

CUENTOS CRISTIANOSWhere stories live. Discover now