🧱LA MURALLA🧱 8/12/15

13 1 0
                                    

Había una vez dos pueblos que se dividían por una muralla que había creado el gobernador de aquel entonces, era muy pero muy alta, estaba bien fortificada, nadie podía cruzar de un lado para el otro, ni del otro para el otro lado, lo había creado el gobernador de aquel entonces por peticiones mayoritaria de las personas que vivían en aquel pueblo, eran personas de alta sociedad que no le gustaba ver a los pobres, muchos menos que les pidieran dinero para comer, el gobernador no tardo en dar respuesta y comenzaron a hacer un muro muy alto y muy fortificado, pero habían dos niños que habían crecido juntos, el niño era hijo de un zapatero, la niña era hija del principal de la policía del gobernador, habían creado un pueblo para los pobres y un muro para que no pasaran al otro pueblo donde vivían los ricos, el niño gritaba y también la niña no querían que los separasen, el padre aguantaba al niño tratando de separarlo de la niña, al igual el padre de la niña, hasta que el padre de la niña le dio una bofetada en la cara al niño tirándolo al piso, el padre rápido reacciono preguntándole porque lo había hecho pero le temían. La muralla había sido terminada, el niño se encontraba muy triste, todos los días se paraba al frente de ella y gritaba a ver si recibía una respuesta pero no, trataba de subir por ella pero caía y así estaba hasta la tarde, tratando de escalar la inmensa muralla, y así paso el tiempo, ya no era un niño, ya era un joven trabajador, su padre había muerto y él había aprendido el oficio de su papa, le arreglaba las botas a los militares de aquel entonces, y todas las tardes trataba de escalar la muralla pero aun todavía no podía, pero él no se daría por vencido, no por la joven aunque aun la recordaba, pensaba que seguramente ella ya se había olvidado del, el joven decía que si lograba escalar la muralla no habría ningún obstáculo que lo detuviera, ya que la muralla era muy alta y no había por donde agarrarse. El joven ya había llegado a ser adulto aun persistía en la muralla, esta vez con más mentalidad, la miraba, la analizaba, la dibujaba y pensaba de donde se podía sostener, que saltos dar, que tan alto saltar, que fuerza usar, en fin vivía planeando como subir esa muralla. Una tarde se olvido totalmente de lo alta que era, de lo fortificada, de que si podía agarrarse o no, se olvido de todo y comenzó hacer algo que no había hecho, subirla con los ojos cerrados, muy concentrado no podía creerlo la había escalado, ahora podía mirar el otro lado, ahora se sentía orgulloso de el mismo, gritaba la he escalado muy alegre, la chica había salido de su casa y hay estaba parada a una poco distancia de la muralla mirando al joven adulto diciendo yo sabía que podías hacerlo, el joven adulto la miro pero no le prestó atención, bajo rápidamente como la había subido, ya no tenía que subirla más, ya lo había hecho, la mujer se sintió triste. El gobernador de aquel entonces había muerto y el que ocupaba su lugar mando a que demolieran la muralla, el joven adulto no lo podía creer aun se sentía orgulloso de haberla podido escalar, pasaron unos meses cuando pudieron hacer una abertura y años para demolerla completa, cuando hicieron la abertura, la chica rápidamente llego al trabajo del hombre y le dijo ya no te acuerdas de mí, porque me ignoraste, pensé que me querías, le decía la chica muy triste y enojada a la misma vez, el joven adulto le contesto, no sabes desde cuando llevo tratando de escalar esa muralla, primero era por ti pero luego comencé a escalarla porque decía si puedo escalarla no habrá obstáculo que me detenga y así fue, antes que la empezaran a demoler la pude escalar de una manera que nunca había intentado y entonces el hombre de la zapatería le pregunto y tu ¿Cuántas veces intentaste escalarla? La chica alzando sus ojos mirándolo fijo, salió de la tienda sin decir palabra, el hombre de la zapatería caminando hacia la puerta, parándose a fuera de ella dijo eso me imaginaba con suficiente voz para que la chica lo escuchara y no volvieron a verse jamás.

CUENTOS CRISTIANOSWhere stories live. Discover now