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*:・゚✧-ₒₕ, yₒᵤ... ♡·*:・゚✧


Todos se encontraban trabajando duro por el partido que seguía.

Un aire de desconfianza daba a ___ la posibilidad de que un inconveniente ocurra y terminen perdiendo, por lo que tampoco perdió el tiempo.

Si perdían, Isagi elegiría a alguien e iba a dolerle si no la elegía a ella.

Eran demasiados sentimientos mezclados que causaban una terrible inconformidad en su interior, no tenía idea de cómo resolverlo más que ignorarlo y seguir ejercitando su cuerpo.

El único alivio posible era ser mejor que los demás, ser quien elige.

Las pesas en sus manos se elevaban cada vez más rápido y con más fuerza a la vez que diferentes posibilidades de acabar en soledad aparecían en su mente.

Las tiró de golpe con frustración, su pecho agitado de arriba a abajo le impedía respirar correctamente, por lo que se sentó en el banco más cercano.

Bebió de su botella de agua con dificultad, revisando una última vez que no haya nadie alrededor para encorvarse y esconder su rostro entre sus brazos.

Su enojo consigo mismo crecía y crecía sin motivos.

Se arrugó completamente para aliviar los nervios violentos que estaba sintiendo, intentando evitar las lágrimas.

Dejó su bolsa allí antes de correr a los baños de su dormitorio, pues ya no confiaba en los del gimnasio.

Abrió la ducha fría para despejarse de una vez.

"Mmh... ¿Qué me pasa...?" murmuró contra la pared de la ducha, siendo el vapor el único testigo de pequeñas lágrimas contenidas.

Las fuertes gotas frías golpeaban contra su piel caliente, dejándola aún más tensa, pero una vez se acostumbraba, podía relajarse.

Secó su cabello antes de salir. El tiempo en esos días estaba siendo bastante frío.

Y por la noche helaba.

Caminó a paso lento por el edificio, recorriendo todas las puertas que tenía permitidas aprovechando que todos estaban entrenando o jugando por su futuro.

'Tal vez solo pasé por suerte...' cruzó su mente, pero automáticamente sacudió la cabeza en un suspiro, queriendo dejar de pensar.

Subió por unas escaleras que no había visto antes, pero no tenían ningún cartel. Eran de unos pocos escalones que llevaban a una puerta de metal.

El rostro de ___ se arrugó ante la tierra que había en esa zona, parecía que nadie la visitaba.

Escuchó unos pasos lentos por detrás, así que antes de ser visto decidió subir y, con algo de asco, abrir aquella puerta.

Agradeció indefinidamente a su yo del pasado por secarse el cabello, pues este no tardó en volar por un fuerte viento de golpe que se calmó lentamente.

Dejó la pesada puerta abierta y pasó para observar el lugar, era una terraza.

Solo habían unas rejas negras anticaídas sobre un muro de aproximadamente un metro, del mismo material bonito que las paredes del interior.

___ sonrió ante el bonito aroma a tierra mojada, la brisa era leve hasta casi nula, aunque el frío congelaba sus pestañas.

Era de unos 4x4 m², medianamente pequeña pero bonita.

Su cuerpo dejó de obedecerle cuando pequeños puntitos blancos se hicieron presentes. Caminó con emoción al centro para verlos mejor.

Era la primera vez que veía nieve.

Un nudo en la garganta le lastimó con el sentimiento nostálgico, se sentía feliz.

Estiró sus manos pareciendo un tazón para agarrar las pequeñas bolitas heladas, aunque eran casi nulos los que atrapaba.

El sentimiento era hermoso.

Cerró sus ojos lentamente aún sintiendo el frío en sus manos, su mente en paz.

Pero luego de unos segundos, sus manos fueron cubiertas por una ola cálida.

Atraparon algo caliente.

___ abrió sus ojos con confusión, aún con su sonrisa. Entre sus manos se veía el lindo rostro de Isagi que sonreía de igual forma, parecía un tonto enamorado.

"¿Debía hacer esto?" murmuró con ternura, su cabeza aún descansaba entre las palmas frías de ___ que aún así calentaban las mejillas del peliazul hasta dejarlas rojas.

___ no sé atrevió a quitar las manos, solo disfrutó de la creciente dulzura en su pecho.

Al contrario de lo que creía, su sonrisa se hizo aún más grande mientras sus facciones se calentaban con nervios bajo latidos acelerados.

"Sí..." susurró, sin saber cómo demostrar lo consolada que se sentía. "Gracias..."

Isagi acarició dulcemente la cintura de ___ cuando notó como su cara también cambiaba de color.

El contrario quitó las manos y las posicionó en el pecho del ojiazul. Meditó por un segundo antes de rodear su torso. "Y lo siento... Lo siento mucho."

Su corazón se arrugaba al escuchar la respiración del otro.

"¿Por qué dices eso?" sus nervios también aumentaron, pero lo aguantó para dejar a ___ apoyarse en él. "No hiciste nada malo, todo está bien."

Y las lágrimas empezaron a caer.

Sin embargo su orgullo era demasiado para dejar que el otro lo note, así que ___ prefirió reír con nervios.

"Solo sentía que debía decir esto, tal vez especialmente a tí..." se explicó con lo primero que llegó a su mareada mente. "No me des mucha importancia..." soltó otra risita pero esta vez más genuina.

El otro elevó su mano hasta atrapar el mentón de ___ entre sus dedos, acariciando suavemente un recorrido por su mandíbula, mejilla y cuello. "Eso sería imposible..." susurró en su oído, dejando un rastro de vapor por su fresco pero cálido aliento que chocó contra la oreja del contrario.

"¡Mañana...!" reaccionó ante el tacto sin pensarlo. "Mañana... Me esforzaré, por tí." explicó lo primero que se le vino a la mente.

'Porque me da miedo perderte...'

Isagi acarició su cabeza por última vez antes de alejarse. "Yo también me esforzaré por tí." su corazón lleno de compasión y cariño solo podía expresarse con una sonrisa tierna.

Pero ___ jamás sabrá si realmente lo elegiría.





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