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En los últimos minutos del evento, ambas familias y amigos estaban sentados cenando en medio del jardín común, junto a varios invitados que degustaban lomo de cerdo en hidromiel o res en vino blanco con un toque de perejil. La velada no pudo haber sido más perfecta, especialmente para los anfitriones principales.

—Propongo un brindis —dijo el abuelo Alt, alzando su copa con vino tinto. —Por una magnífica labor por parte de Cellbit y su compañía, así como de Roier en dirigir con gracia este evento. Debo admitir, hijo, que no esperé que fuera tan magnífico. Además Bobby y Lía se divirtieron mucho

Roier asintió, mirando con ternura que ambos niños yacían dormidos. No era para menos, después de haber jugado incansablemente por cada estante disponible en toda la feria y corriendo junto a otros niños en el juego de la "gallina ciega" fue lógico que quisieran dormitar mientras terminara todo el jaleo. Lía estaba acomodada en los brazos de su nana, mientras que Bobby yacía acurrucado en el regazo de su tía Jaiden.

—Bueno, bueno, no olvidemos que el mérito lo tiene Roier —añadió Cellbit antes de alzar su copa para brindar junto a los demás

—¿Qué dices, Cellbo? ¿Acaso yo estoy pintado? —dijo Forever con autosuficiencia. —Tuve mucho que ver en la organización: di los contactos de los músicos, los actores, los diseñadores para las tarjetas de invitación...

Cellbit rodó los ojos, pero sonrió de lado. Decidió ignorar el discurso de Forever mientras fijaba su mirada en medio de la mesa, frente a él se hallaba el castaño riendo entre tanta hilaridad. Se permitió detallar sus facciones, el ángulo de su mandíbula, sus rizos que caían suavemente por la frente, su lengua entremetida en los dientes al reírse, las manos delgadas y su clavícula. Era cierto que no podía anticiparse a nada, el resto de la familia seguía viéndolos como un par de amigos, así que sus deseos de hablar con él necesitan esperar.

—Te recuerdo que tus gustos para los colores es pésimo —continuaba Forever, alzando los brazos. —Les digo, este hombre no tiene una idea de lo que combinar colores crema. Quería tarjetas color pistache, ¡pistache! ¿Pueden creerlo?

—Sí, sí, sí Forever, tengo un mal gusto

—¡Horroroso!

—Pero todo salió perfectamente —intervino Samy sonriendo. —Forever, ¿me acompañas por un poco de pan de elote? —dijo para quitárselos de encima, a lo que Cellbit hizo gesto de gratitud extrema.

—¿Todavía necesitan quedarse? —preguntó de pronto Baghera, dirigida a Roier y Cellbit. —estoy notando que la mayoría de las personas empezó a retirarse hace quince minutos

Ambos hombres asintieron. Era una formalidad de cada fiesta, que cada anfitrión debía quedarse hasta el final para supervisar que nada quedara olvidado y, en su defecto, despedir a cada académico, o quizá tener una pequeña conversación de sobremesa con lo último de cerveza de malta que sobró. La pregunta fue más con propósito de saber que llegarían tarde cada uno a sus respectivas casas, y por ende, sus hijos necesitaban ser cuidados. Aunque para Nessa eso no representaba problema (obviamente), parecía que la familia Alt no podía quedarse a cuidar de Bobby por ese fin de semana.

—Roier, mañana yo salgo hacia Italia con mamá y papá al carnaval de Venecia. —dijo Jaiden, meciendo a Bobby. —Sabes que no tendría problema en cuidar del pequeño, pero los boletos los habíamos reservado tres meses atrás y ellos siempre han querido ir

—Lo sé —dijo Roier. —Y Samy parece que estará fuera unos días con su novio, ¿cierto?

Todos quedaron unos segundos en silencio, hasta que la niñera tomó la palabra: —Bobby puede quedarse a dormir en nuestra casa, ya se han visitado antes. Yo no tendría ningún problema en cuidar de ambos

Niños, mejores consejeros |GuapoDuo|Where stories live. Discover now