Wilbur y Quackity pasaron de largo una vez más por la Iglesia. Wilbur se detuvo, ya que escuchó una flauta. Y vio a una pequeña niña sentada frente al lugar. Se acercó a ella. La pequeña lo miró con curiosidad y sonrió. Él devolvió la sonrisa.
"Hola, ¿Cómo te llamas?"
Quackity lo notó hablando con la niña y fue hacia él.
"Yo me llamo Tallulah"
"¡Qué bonito nombre! Y dime, ¿Cuántos años tienes?"
Ambos chicos bajaron a la altura de Tallulah.
"La Hermana Elizabeth dice que tengo ocho años"
"Ah, ¿la Hermana Elizabeth te cuida?"
La niña asintió sonriendo. Luego miró hacia un lado.
"Bueno...la Hermana Elizabeth me deja entrar al convento para comer y tomar agua, pero yo estoy aquí todo el día y toda la noche, pobre niñita" Dijo ella, exagerando un poco.
La manera en la que se expresaba le daba algo de risa a Wilbur. Era simpática.
Quackity le tocó el hombro a Wilbur. Se acercó a él.
"Oye, ¿Qué chingados haces?"
"Está aquí sola, no la podemos dejar así"
"¿Te la vas a llevar? No, te van a denunciar, pendejo"
"No me la voy a llevar así nada más, le voy a preguntar a la Hermana Elizabeth, dice que ella la cuida"
Tallulah sólo los veía, algo curiosa. Después sonrió un poco.
"¡Ustedes son novios!"
Ambos chicos voltearon en cuanto ella dijo eso. Wilbur intentaba explicarle mientras que Quackity movía sus manos frenéticamente negando lo que dijo.
"Mira, Quackity y yo somos amigos. No nos gustamos, ¿Verdad, Quackity?"
Quackity sólo se quedó viendo al piso.
"¿Quackity?"
"Este..."
"Quackity, di que no"
"¿Ves? Son novios"
Wilbur miró a Quackity y le dio un golpe en la cabeza.
"¡Pendejo!¿Qué chingados...?"
"Cállate, imbécil, están en misa"
Dicho eso, Wilbur se levantó, yendo hacia la Hermana Elizabeth, que convenientemente salía del convento. La saludó con una sonrisa, ella hizo lo mismo.
Mientras tanto, Quackity y Tallulah estaban hablando.
"Este...¿Tú por qué piensas que Wilbur y yo estamos juntos?"
La niña se quedó pensando un poco. Bajó la mirada, jugaba con sus dedos.
"Bueno...desde que los vi que venían para acá los vi cercanos. ¡Juro que vi que se agarraron las manos!"
Quackity sonrió ante esa idea.
"Bueno, Will y yo no somos nada más que amigos"
Oh, cómo le dolió en el pecho.
La Hermana Elizabeth se acercó a ellos y se agachó a la altura de Tallulah.
"Oye, mi niña, Will dice que le gustaría que fueras con ellos, a vivir con ellos. ¿Tú qué dices?"
Tallulah se acercó a ella y le susurró algo. Después, la Hermana se dirigió a ellos.
"Tallulah dice que le gustaría ir con ustedes, pero les quiere preguntar algo"
