"¿Qué vas a cantar?"
"Te voy a presentar nuestra canción favorita de los Beatles"
"Vamos. Vamos a presentar…Lucy in the sky with diamonds" Dijo Quackity, sonriendo.
Tallulah también sonrió y ladeó un poco la cabeza. Wilbur empezó a tocar. Y Quackity fue el que cantó las primeras frases.
Picture yourself in a boat on a river…
With tangerine trees and marmalade
skies…
Sonaba como un lindo lugar.
Somebody calls you, you answer, quite slowly…
A girl with kaleidoscope eyes…
Ella también sonaba como una linda chica. ¿Cómo sería? Se quedó dormida pensando en eso. En sus ojos de sol. Wilbur y Quackity, al notar esto, sonrieron y salieron. Wilbur dejó su guitarra y apagó las luces del primer piso.
"Me encantan los Beatles"
"Debe ser por el LSD"
Quackity lo miró, riendo un poco.
"No es el LSD, imbécil"
"¿Cómo me dijiste?"
Wilbur se acercó a Quackity y empezó a hacerle cosquillas.
"No, espera, espera…"
Quackity sintió cómo era levantado del piso. Wilbur subió las escaleras con él en brazos, ambos riéndose. Entraron al cuarto de Wilbur. Quackity le pedía, entre risas, que parara. Wilbur lo tiró en su cama y se acostó junto a él. Seguían riendo. Y fue un momento hermoso. Las risas pararon poco a poco. Sus miradas se conectaron. El silencio era mucho. Era, sobre todo, soportable. El silencio no siempre era así.
"Quackity, yo…quería decirte que…"
Quackity empezó toser. Un ataque de tos fuerte. Se sentó en la cama y cubrió su boca con sus manos. Wilbur también se sentó, pero no pudo hacer nada más que mirar con miedo la escena frente a él. ¿Por qué siempre que intentaba decirle tenía que pasar algo así? Wilbur tomó las manos de Quackity y las separó de su boca.
Sangre.
"Tenemos que ir al hospital, Quackity. Sube al auto, voy por Tallulah"
Quackity hizo caso. Bajó las escaleras rápido y se subió al asiento del copiloto. Dentro de poco ya estaban en camino al hospital.
Tallulah no supo cómo. Pero estaban en el hospital. ¿Por qué?¿Era por Quackity?
"Bien. Gracias por venir. Lo vamos a trasladar a la torre dos. Pregunte en recepción por la habitación"
"¿Se va a quedar aquí?"
Tallulah volteó a ver. Wilbur la estaba cargando.
"Sí, necesitamos tenerlo aquí en caso de que algo así vuelva a pasar. Supongo que ya no había pasado, ¿Cierto?"
Wilbur negó con la cabeza.
"No, no mucho"
A partir de ahí era una conversación aburrida de adultos. Wilbur bajó a Tallulah, que fue directo a Quackity. Jaló una manga de la chamarra que tenía puesta.
Quackity miró a la niña. En pijama, sin el gorrito que le habían regalado. Con unos tenis blancos manchados de pintura por las actividades de su clase de artes en la escuela. Su cabello estaba un poco desordenado y tenía dos colitas de caballo. Se agachó para estar hasta su altura.
