Capítulo I

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—Con ustedes su majestad el rey y la reina Savre de Lebasi, y su hija la princesa Daniela Savre de Lebasi.

Anunciaba aquel buen mozo de confianza de mi padre, el rey.

Mis padres salen por delante de mí hasta llegar a sus tronos por enfrente de todos en aquel gran salón, el motivo de aquella fiesta es el recibimiento en el castillo de un nuevo pretendiente en la lista, según mi madre el mejor partido para desposar.

—Daniela por favor se amable y atenta con este príncipe —indica mi madre por medio de un susurro mientras nos acomodamos en nuestros asientos— es italiano y nos conviene en la familia

No respondo nada, asiento como la hija educada que soy y sonrío delante de los invitados, entre ellos el parlamento, uno que otro príncipe y princesa de mi edad, al igual que muchas personas de la alta clase del pueblo, sin ningún puesto oficial, pero si muy bien posicionados económicamente.

—¡Con ustedes el príncipe Giacomo Gregorio Spampinato, de Sicilia! —anuncian— al lado de su hermana la princesa Stefania Cecilia Spampinato

Mi familia y yo nos ponemos de pie, mientras veo como todos los invitados abren espacio haciendo una reverencia al paso de estos dos.

Giacomo pareciera ser como cualquier otro príncipe, joven, apuesto, y se ve que es caballeroso por la manera tan atenta que con una sonrisa responde la reverencia de todos.

—Muy buenas noches —saluda Giacomo, haciendo una reverencia— gracias por la invitación a su castillo.

Mis padres responden aquel saludo, Giacomo sujeta muy suavemente mi mano y la besa, respondo con una sonrisa y una reverencia de vuelta.

Noto como aquel joven de cabello rizado se da media vuelta y habla con su hermana, a la que no he podido ver muy bien, su csu rostro es cubierto por un velo gris, veo como asiente con la cabeza y sin decir más ambos bajan y toman sus lugares.

Stefania... Stefania no ha saludado a nadie, pareciera ser la sombra de Giacomo todo el tiempo, no dice nada, no hace ningún ruido y no lo veo, pero sé que no hace gesto alguno.

Pasan las horas y como cualquier otra fiesta en el castillo, el entretenimiento llega, bufones especiales de la corte, todos pareciéramos disfrutar aquel acto, pero puedo ver a mi izquierda con la vista obstaculizada por más personas que Stefania no se mueve, no aplaude o ríe. Aquel acto acaba y como siguiente punto pasamos a la cena.

Un punto un poco más íntimo, en donde solo la familia de Giacomo y la mía pasarán mientras en el gran salón continúan nuestros invitados.

La mesa de casi 50 lugares se encuentra lista, mesa en la que cenaremos solo cinco. Paso a mi lugar y me siento al lado de mi madre, Giacomo decide el lugar a un lado de la cabecera junto a mi padre y Stefania queda justo delante de mí.

—Arthur que nos traigan la cena —indica mi madre— y dígale a la orquesta que toque algo

—Como usted diga mi reina

Aquel hombre sin más se da media vuelta y lo vemos salir del comedor, notó como Giacomo ensambla una conversación con mi padre, está claro que como la mayoría de los príncipes que nos visitan quieren ganarse su confianza y respeto.

Noto como Stefania tiene la cabeza agachada, sin hablar, pereciera que soy la única que lo nota, ni mis padres ni Giacomo se han detenido a preguntarle si se encuentra bien. Luego de unos minutos veo como Stefania toca el hombro de Giacomo buscando su atención, veo como el príncipe se acerca y asiente a aquel susurro por encima de su oído.

—Su majestad —Habla Giacomo— mi hermana se encuentra un poco indispuesta en este momento, pareciera ser que quiere dormir antes de lo esperado, hemos tenido un viaje largo, es por eso que pido la disculpen, necesita ir a descansar.

Pasado de la medianocheWhere stories live. Discover now