Capítulo II

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—Daniela de pie

La voz de mi madre en un tono de voz alta me despertaba de mi sueño.

Cierro los ojos con más fuerza y sin tener una mínima gana de ponerme de pie coloco las sabanas por encima de mi cabeza.

—¡Daniela vamos! —Annora comienza a quitarme las sábanas— tienes que cumplir con tus obligaciones de hoy

—No quiero —respondo aún con una sábana por encima de mi cabeza— por favor mamá déjame seguir durmiendo...

—Claro que no, inaceptable, tienes que ir a cocinarle algo al príncipe Giacomo y debes ir a tu clase de arte —no respondo— en un momento Sabina estará acá contigo para poder arreglar tu cabello... vístete

Escucho como mi madre sale de mi habitación y molesta sin ganas de ponerme de pie, lo hago y me coloco un vestido como todos los días.

El maquillaje va de sobra, casi nunca lo utilizo.

Y como bien dijo mi madre, Sabina no tardo ni 10 minutos en estar en mi habitación para cepillar y trenzar mi cabello.

—He visto a la princesa siciliana

Suelta de pronto.

—¿Qué? —abro los ojos como platos— ¿Cómo?

—El príncipe Giacomo me ha pedido personalmente que fuera a trenzar su cabello y la vi...

—¿Y ella qué te dicho?

—No hablo mucho, pero es muy educada, es respetuosa y tiene un excelente sentido del humor...

—¿Y su rostro?

Sabina me ve por el espejo y sonríe.

—Princesa Daniela... —suspira— la princesa Stefania es hermosa, es muy, muy hermosa, créame cuando le digo que no se parece en nada al príncipe Giacomo, ella es más morena, con el cabello castaño, tiene un lunar muy bien marcado por debajo del labio que hace que su vista se dirija solo en esa dirección, y cuando sonríe pareciera... pareciera que el mundo a su alrededor desaparece

No digo nada, y solo escucho hablar a Sabina, está claro que el efecto que causo Stefania en mi, todos pueden sentirlo, y claro que comparto la idea de Sabina con respecto a Stefania y su increíble manera de existir y encantar a los demás.

—Cuando estaba a punto de salir me pidió que le diera esto

Logro ver como Sabina se saca un papel de el bolsillo de su delantal.

—Cuando me lo dio me pidió con mucha insistencia que se lo diera personalmente sin que nadie se enterara

Recibo aquel papel no tan grande que esta doblado a la mitad.

—Bien princesa ahora no tengo nada más que hacer por acá

Se que Sabina es discreta y sabe que no le pediría que se retire luego de darme ese papel, así que se va por su cuenta.

Luego de ver que Sabina cierra la puerta sin esperar más y con un poco de desesperación abro aquel papel, admito que puedo sentir un pequeño temblor en mis manos.

Daniela, gracias por no decirle a nadie sobre nuestro encuentro pasado de la medianoche, en recompensa a su silencio me he despertado muy temprano a cocinar algo para Giacomo, es su platillo favorito, Cordero siciliano. Dígale que ha sido usted quien  lo ha hecho, creo que con eso te lo ganaras.

S.S.

No puedo evitar sentir como una sonrisa es bien formada en mi rostro, doblo nuevamente el papel y lo coloco dentro de mi diario en la mesa de noche a un lado de mi cama.

Pasado de la medianocheWhere stories live. Discover now