CAPITULO 2

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Los días  pasaban y el ambiente que formaba la Eurocopa se empezaba a notar entre los aficionados.

Después de aquella charla que tuvieron en la habitación, Mikel y Unai continuaron hablando, apoyándose y explorando diferentes terapias juntos. Descubrieron que la terapia cognitivo-conductual era particularmente útil para Mikel, ya que le ayudó a identificar y cambiar sus patrones de pensamiento negativos.

Mientras tanto, Unai encontró que la terapia de arte era una forma efectiva de expresar sus emociones y reducir su nivel de estrés. Los dos compartieron sus experiencias y aprendieron mucho el uno del otro en el proceso.

Después de varias sesiones de terapia, Mikel comenzó a sentirse más relajado y menos ansioso. Sus pensamientos ya no parecían estar constantemente abrumándolo, y encontró que podía disfrutar más de su vida y de su carrera como futbolista.

Unai también experimentó cambios positivos en su vida. Aprendió a dejar ir sus preocupaciones y a disfrutar más del momento presente. Descubrió que podía encontrar la calma dentro de sí mismo, incluso en situaciones estresantes.

Un día, después de una sesión de terapia, Mikel y Unai regresaron a su habitación, sintiéndose más ligeros y menos cargados emocionalmente. Se sentaron en las camas, mirándose el uno al otro con una sonrisa.

-Mikel, ¿cómo te sientes ahora?- preguntó Unai.

Mikel se tomó un momento para pensar antes de responder
. -Me siento mucho mejor, Unai. Realmente creo que estas terapias han hecho una gran diferencia en mi vida. Ya no me siento tan atrapado y abrumado por mis pensamientos como solía hacerlo-

Unai asintió con una sonrisa.
-Eso es genial de escuchar. Me alegro de que hayas encontrado la ayuda que necesitabas. Y sabes que siempre estoy aquí para ti, ¿verdad?

Mikel asintió agradcido. -Sí, lo sé. Y estoy agradecido de tenerte como amigo y compañero de equipo. Realmente aprecio todo lo que has hecho por mí.-

Unai sonrió de nuevo. - No hay nada que agradecer, Mikel. Somos un equipo, y siempre debemos apoyarnos mutuamente. Además, también me has ayudado mucho con todo esto. Así que, ¿qué piensas? ¿Deberíamos celebrar nuestros logros con una cena o algo así?-

Mikel sonrió con entusiasmo. -¡Claro que sí! Me encantaría celebrar con una buena cena. ¿Tienes algún lugar en mente?-

Unai asintió con una sonrisa. -Sí, conozco un gran restaurante aquí en las Rozas. Vamos a prepararnos y luego podemos ir a disfrutar de una buena comida juntos.-

Mikel asintió emocionado.

Los dos se levantaron y comenzaron a prepararse para salir. Mientras se arreglaban, Mikel pensó en lo afortunado que era de tener a alguien que le apoyara y le aconsejara como lo hacía Unai.

Una vez listos, ambos jugadores salieron de la concentración y se dirigieron al restaurante. Cuando llegaron, se dieron cuenta de que era un lugar pequeño y acogedor, con una decoración rústica que les gustó mucho.

—Me gusta este sitio —dijo Mikel mientras se sentaban a la mesa—. Y no te preocupes por el precio, yo invito.

—No hace falta, Mikel, podemos pagar a medias —respondió Unai.

—Tranquilo, ya te he dicho que invito yo —insistió Mikel mientras pedía la carta.

Después de unos minutos, llegó el camarero y les tomó nota de la cena. Mikel pidió el chuletón que tanto le habían recomendado y Unai optó por una ensalada y un pescado a la parrilla.

Mientras esperaban la cena, ambos futbolistas empezaron a hablar sobre el partido que tenían dentro de tres días contra Uruguay.

—¿Cómo te sientes para el partido, Mikel? —preguntó Unai-

𝓱𝓸𝓶𝓸𝓯𝓸𝓫𝓲𝓪 || 𝓼𝓮𝓯𝓾𝓽𝓫𝓸𝓵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora