CAPÍTULO 2.1

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La selección española habia logrado clasificarse para los octavos de final de la Eurocopa contra Francia. Después de un inicio difícil, lograron ganar sus dos últimos partidos. La euforia en el equipo era evidente, y decidieron celebrar su triunfo con una gran fiesta en el hotel donde se hospedaban.

Los jugadores celebraban, bebían y cantaban. Pedri estaba disfrutando de la fiesta junto a sus compañeros, pero no bebía mucho. Él prefería mantenerse con la cabeza fría y concentrado en el siguiente partido.

Gavi se encontraba en un estado de embriaguez avanzado.
En un momenton de la celebración mientras todos estaban bailando a su rollo, se hacerco a Pedri tambaleándose un poco.

- Pedri, tengo que decirte algo.

- ¿Qué pasa, Gavi? -preguntó Pedri, extrañado por el tono de su amigo.

- Es que... -Gavi titubeó por un momento, tratando de encontrar las palabras adecuadas-. Es que... me gustas, Pedri. Mucho.

Pedri se quedó en silencio, sorprendido por la confesión de Gavi. Él no había imaginado algo así, y menos de alguien como Gavi, que siempre había sido muy reservado con sus sentimientos.

- Gavi, no sé qué decir -dijo Pedri, tratando de ser amable con su amigo-. Pero creo que no deberías tomar decisiones importantes en este estado.

- Lo sé, lo sé -dijo Gavi, sonriendo levemente-. Pero quería decírtelo. Tú eres especial para mí, Pedri.

Pedri sonrió, tratando de no herir los sentimientos de Gavi. Él sabía que su amigo estaba borracho y que probablemente no recordaría nada de lo que había dicho al día siguiente. Así que decidió dejar las cosas así y seguir disfrutando de la fiesta.

Pero después de que la fiesta terminó y todos se fueron a dormir, Pedri no pudo sacarse las palabras de Gavi de la cabeza. Él se metió en la cama, pero no podía conciliar el sueño. Su mente estaba llena de pensamientos y preguntas.

¿Realmente Gavi sentía algo por él? ¿Cómo había sido posible que nunca se diera cuenta? ¿Qué debía hacer ahora?

Pedri se levantó de la cama y se asomó por la ventana de su habitación. La vista era hermosa, con las luces de la ciudad brillando en la noche. Pero Pedri no podía disfrutar de la vista. Él estaba demasiado preocupado por lo que Gavi había dicho.

Finalmente, después de darle vueltas a todo en su cabeza, Pedri decidió hablar con Gavi al día siguiente. Quería saber si lo que había dicho era real, o si solo era el alcohol hablando.

Cuando se encontró con Gavi en el desayuno, Pedri pudo ver que su amigo estaba un poco avergonzado por lo que había dicho la noche anterior. Él le sonrió, tratando de hacerle sentir cómodo.

- Buenos días, Gavi -saludó Pedri con un tono amistoso.

- Buenos días, Pedri -respondió Gavi, un poco tímido.

- Oye, Gavi, sobre lo que me dijiste anoche... -comenzó a hablar Pedri, pero Gavi lo interrumpió.

- Lo siento mucho, Pedri. No sé en qué estaba pensando. Fue el alcohol hablando.

- No te preocupes, Gavi. Yo entiendo que estabas borracho. Pero quería saber si lo que dijiste era verdad o no.

- ¿A qué te refieres? -preguntó Gavi, confundido.

- A que me dijiste que te gustaba, Gavi. ¿Eso era verdad? -preguntó Pedri de manera directa.

Gavi se quedó en silencio por un momento, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Finalmente, decidió ser honesto.

- Sí, Pedri. Es verdad. Me gustas mucho -confesó Gavi, mirando a los ojos a su amigo.

Pedri se sorprendió por la honestidad de Gavi. Él no sabía cómo reaccionar, así que decidió tomarse un momento para pensar.

𝓱𝓸𝓶𝓸𝓯𝓸𝓫𝓲𝓪 || 𝓼𝓮𝓯𝓾𝓽𝓫𝓸𝓵Where stories live. Discover now