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llegué a un grupo donde todos se veían mucho más grandes y fuertes que yo.

Los demás cadetes me miraban de pies a cabeza, analizando la carne fresca del grupo.

–¿Cuánto tiempo le das? – Dijo uno de los cadetes.

–Máximo un año, ese pobre chico no durará mucho tiempo solo.

Entré al cuarto donde dormiría los siguientes dos años y con algo de preocupación eligí una de las camas vacías. "Ok, concentrate, debes ser fuerte para poder sacar de este lugar a los demás", trataba de no dejarme llevar por mis pensamientos, pero no había nada más que preguntas sobre mis hermanos. –Espero que los demás estén bien... – Solté un suspiro pesado para luego dejarme caer en la cama.

No faltaba mucho ya para el anochecer. Antes de que la luna se posara en el cielo, los cadetes habían ido a cenar, excepto yo, claro, no tenía apetito y tardaría un poco en acostumbrarme a comer más de una vez al día.

Se sentía raro dormir en aquella cama, era extraño no sentir frío por las noches, se sentía igual usar ropa nueva; pero a pesar de ahora tener una cama, ropa y sentir calor, aquel lugar no era agradable, no me sentía seguro en esos grises muros.

El resto de la noche no fue muy cómoda, solo miraba el techo o me removía en la cama, pero no lograba conciliar el sueño, mi mente estaba plagada de dudas. "¿Cómo están los demás? ¿Habrán podido dormir? ¿Y si los lastiman? No podré protegerlos. ¿Habrán cenado?" Palabra tras palabra mi preocupación aumentaba y por más que me pesaran los ojos no lograba conciliar el sueño.

°°°

Un nuevo día se hizo presente.

no había conseguido dormido en toda la noche, estaba cansado y adolorido, mi mente daba vueltas, no quería levantarme. No quería estar ahí, esperaba poder dormir y que al despertar todo hubiese sido un mal sueño, pero seguía en ese lugar.

No pasó mucho para que nuestro superior abriera la puerta de un golpe y levantara a los soldados con trompetas. –¡Arriba, nos espera un largo día, los espero en el campo central en dos horas! Quien llegue tarde será sancionado. – Y así sin más salió delos dormitorios y los cadetes se pusieron en marcha al campo para dar comienzo al entrenamiento.

Dudé un poco acerca de ir, me iría mal si no hacía caso a las órdenes de aquel superior, pero no planeaba hacerle caso a un humano cualquiera. Lo pensé un par de minutos y decidí ir, ¿Qué tan malo podría ser? eso no podría compararse al entrenamiento que URSS me mandaba hacer cuando era más joven. Eso era tortura.

Tras finalmente salir de mi cama y llegar al campo con los demás cadetes, solo tenía algo en la cabeza: escapar de ese lugar. ¿Era buena idea? Definitivamente no, ¿quería quedarme en ese lugar? Definitivamente no, ¿tenía más opciones? Definitivamente No.

Mientras mi mente divagaba por las nubes y nuestro superior preparaba algunas cosas, los cadetes al lado de mí me miraban detenidamente. Uno de ellos llamó la atención de su amigo.

–¿Has visto las cicatrices en su cara? – Susurro.

–Recién me doy cuenta, se ve algo... peligroso.

–Creo que mejor nos alejamos de él.

–Me pregunto cómo se habrá hecho esas heridas...

Al poco tiempo me percaté de que me estaban observando y devolví la mirada, cosa que asustó un poco a los otros dos cadetes. "¿Qué les pasa?" Lo pensé un momento. "¿Será por mi apariencia?" con mucho cuidado me acerqué a un charco de agua que estaba cerca y miré mi reflejo, llevaba años sin ver mi cara, y hubiera deseado no haberlo hecho, "Valla... No me veo para nada bien." Regresé a mi lugar antes de que alguien se diera cuenta y noté a los dos cadetes mirándome, estos al darse cuenta de que habían sido atrapados regresaron la mirada al frente rápido. "¿Así de mal me veo? ¿Me tienen... miedo?" Pensé, sabía que no era atractivo, pero eso fue realmente un golpe duro a mi autoestima, no podía imaginar cómo es que mis hermanos se acostumbraron a verme, cómo es que no me tenían miedo.

~''°\PASADO RUSO/°''~ (countryhumans)Where stories live. Discover now