XLV: Lujuria y Alucinaciones.

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"En esta noche de luna, permíteme ser el placer que te complace y tú la víctima de mi fantasía

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"En esta noche de luna, permíteme ser el placer que te complace y tú la víctima de mi fantasía."

Después del dolor, el placer y la satisfacción se hace presente.

Los minutos de dolor se acabaron, solo se volvieron de placer. Sus labios gruesos no pueden describir como su cuerpo se siente porque se encuentran ocupados jadeando y gimiendo locamente mientras su cuerpo se mueve de atrás hacia adelante sobre el cómodo colchón. Las caderas de ese carnicero son muy buenas y el vaivén que dan es tan delicioso que provoca que la llama dentro de su cuerpo crezca con cada embestía ruda que recibe. No tiene miedo al dolor porque solo siente lujuria.

No importa que sea rudo, fuerte, dominante o sin piedad, se siente bien igualmente y su mente se siente muy nublada de placer, no hay manera de que pueda librarse de tanto deseo cuando se siente tan bien.

Sus esbeltas, delgadas y musculosas piernas de bailarín rodean las caderas de ese azabache que arremete cada vez más contra su cuerpo como si estuviera sediento de sexo, pero no cualquier sexo si no que sediento de sexo con ese ángel.

Park no desea que el carnicero lo suelte está noche, incluso sus brazos rodean el torso de este último en un abrazo mientras que siente como su cuerpo lo arremete una y otra vez con cada vaivén de caderas que da. Sus pequeñas manos acarician su espalda tatuada, aquel tatuaje de hermandad que lleva dibujado en su piel desde adolescente. Ha pasado un largo tiempo desde que fue un adolescente, y por lo tanto la tinta del tatuaje comienza a perder un poco de color pero a Jimin no le importaba, se veía muy hermoso en su espalda.

Sus manos suben desde su espalda hasta su nuca, acariciando su cabello azabache, largo y un poco ondulado, en inevitable no enredar sus mechones oscuros entre sus pequeños dedos mientras sus labios gruesos besan y succionan el lóbulo de la oreja de carnicero, aunque también dejaba escapar sus gemidos ahogados y agitados para que oiga como se escucha su ángel.

Jeongguk se siente enloquecer al oírlo gemir en su oreja como también al sentir sus labios bellos contra la piel de la misma, y como el ángel hizo, Jeon acaricia su espalda delgada también encontrando con el tacto de sus dedos, aquel tatuaje de dragón rojo como símbolo de la marca de pertenecer a esta misma ciudad, siendo un bailarín exótico marcado que jamás podría olvidar de dónde vive y de dónde pertenece.

Ambos se encontraban marcados con sus grandes tatuajes en sus espaldas y cada uno tenía una historia dibujada con tinta en sus pieles. Era algo que poseían en común, pero no les desagrada a ninguno de los dos, solo se aceptan mutuamente a partir de esta noche.

En un momento repentino, Jeongguk se alejó del rubio saliendo de su interior y lo tomó por las caderas para darlo vuelta sobre el colchón para colocarlo boca abajo. Al principio, Park no comprendió que tipo de posición era esa, sus manos y rodillas se encontraban sobre el colchón. Se sentía extraño colocarse en una posición en cuatro ya que mientras se encontraba así, Jeon disfrutaba la nueva vista que tenía de su espalda tatuada y su culo bien formado rozando contra su ingle.

CARNAGE 愛 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora