CARNAGE II: Tú y yo.

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❝Mis ojos siempre están sobre ti, eres el único ángel que deseo tocar

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❝Mis ojos siempre están sobre ti, eres el único ángel que deseo tocar.❞

El hombre mayor observó a Jeongguk, luego al lindo bailarín que salió detrás de este con su cabeza baja y algo tímido, y no pudo evitar sonreír un poco.

-Oh ¿Quien es este lindo chico de aquí, eh? ¡Je, je, je!

El bailarín sonrío un poco nervioso. Su mirada se levantó y enseñó sus bonitos ojos azules hacia el hombre para presentarse como era debido, siempre con una pizca de educación, mientras sus manos toman el brazo de Jeongguk para mantenerse seguro.

-Me llamo Jimin.

El hombre mayor lo observó de arriba a abajo y luego asintió con una sonrisa agradable.

-Se bueno con él, viejo mentiroso. No quieras ser un trozo de carne. - Murmuró Jeongguk cuando lo observó acercarse a Jimin, extendiendo su mano en su dirección.

-¡Oh claro que sí! -Dijo el mayor, luego tomó la mano del bailarín y la estrechó un poco en un saludo.- Es un gusto, Jimin, bienvenido a mi cabaña.

Park solo deseó asentir con cortesía ante su bienvenida, le regaló una leve sonrisa y luego observó a los ojos grises de Jeongguk, los cuales lo observan suavemente a diferencia de cuando observa al hombre mayor. Una mirada feroz para el hombre de la cabaña, una mirada dulce y suave para Park.

-Por cierto, mi nombre es Doctor Aurelio. Es solo un apodo junto a mi nombre real, pero no se preocupen, solo soy un carnicero y no un doctor. Obtuve ese apodo porque tengo buenas manos para los objetos cortantes y puedo cortar muy bien la carne. - Expresó Aurelio, luego se volteó para encaminarse a la cocina, sin antes indicarle que se pongan cómodos en el sofá.- Tomen asiento, nos encargaremos de sus cosas luego. Déjenme servirles un buen trago de whisky de la casa.

Una vez solos en la sala principal, Jeongguk rascó su nuca algo nervioso cuando las manos de Jimin aprietan un poco su brazo y sus ojos azules están clavados en su rostro, en los segundos restantes en el que están solos. Pensó y rompió el silencio con una pregunta.

-¿Te gusta esta cabaña? ¿Te sientes incómodo aquí? ¿Ese viejo es incómodo para tí?

Jimin sonrío hacia él y negó un poco para luego observar a su alrededor. La decoración era bonita, las llamas de la roja chimenea hacen un buen juego con los colores de la cabaña y la alfombra roja debajo de los sofá del mismo color, todo era limpio y cómodo a la vista. Nada de que quejarse. Incluso el ambiente era cálido.

-No hay nada malo, me gusta mucho. Se siente demasiado familiar.

-¿Familiar? Si.. familiar.. supongo. - Musitó el carnicero, su cabeza se bajó un poco y sus ojos grises observaron el hacha de su mano.

CARNAGE 愛 KOOKMINWhere stories live. Discover now