Capítulo 32.

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Jungkook veía por la ventana como pasaban la hermosa ciudad mientras a su costado su parlanchín hijo le explicaba a Taehyung la diferencia de cada tipo de dinosaurio que existió y el castaño lo escuchaba atentamente, incluso le hacía más preguntas genuinamente interesado por lo que el pequeño le decía.

A simple vista si parecían una genuina familia.

La mente de Jungkook en cambio divagaba mientras miraba la ventanilla.

Miedos, traumas y cualquier tipo de preocupación abordaban su mente en ese instante, y como si de telepatía se tratase, inconscientemente Taehyung buscó su mano y le dió un leve apretón que Jungkook sintió como un: “Estoy aquí." Está acción lo hizo aspirar una gran bocanada de aire y el temblor de sus manos por sus duros pensamientos cesó.

Debía dejarlos a un lado, al menos mientras asimilaba toda la situación. Aunque le resultaba imposible digerir todo con tanta rapidez, eran demasiadas cosas en poco tiempo, muchas mentiras, una familia oculta y muchas dobles intenciones que jamás percibió. Era tortuoso pensar que cada beso, cada caricia, cada frase de amor, cada mirada eran solo una mentira y una vil actuación de su verdugo.

—Mi ángel. —Nuevamente Taehyung logró traerlo de regreso a la tierra, lejos de aquellas dolorosas verdades.

—¿Si? —Balbuceó algo desorientado.

—Llevo diciéndote que llegamos hace veinte minutos. —Jungkook se percató de su entorno, él auto había dejado de moverse, estaban en lo que parecía un estacionamiento subterráneo, la puerta de su lado estaba abierta y siendo sostenida por Salvatore, muchos guardias rodeaban el auto con sus armas en alto. —¿Estás bien?

—S-sí, lo siento, solo me distraje. —Se apresuró  a bajar del auto, siendo seguido por Taehyung que llevaba en brazos a Juhyun. El pelinegro miró las armas y tragó pesadamente saliva, sin embargo siguió caminando.

Taehyung notó aquella acción y con una simple seña con su dedo dió una orden claro; armas fuera de la vista.

Cada uno de sus guardias acató la orden y pudo observar como el color volvía al rostro de Jungkook. —Lo siento, es que jamás había estado tan cerca de un arma... Y me ponen nervioso. —Se disculpó el pelinegro.

—No debes disculparte, mi ángel, si no quieres verlas no dejaré que las veas. —Taehyung besó su frente y entrelazó sus dedos. —Vamos ese helado espera por nosotros.

—¿Papá que es un adma? —Inquirió el pequeño Juhyun.

—Algo que no puedes usar, Juhyun, es peligroso.

—A Juhyun no le gusta lo peligroso, papá, papi Kook dijo que los niños no deben acercarse a cosas pelilosas.

Taehyung sonrió al escucharlo pronunciar mal una palabra. —Peligrosas.

—Pedilosas. —Repitió el niño seguro de su pronunciación.

Jungkook le sonrió. —Ya trabajaremos en la pronunciación de palabras difíciles, cariño.

—¡Si!

Subieron las escaleras eléctricas hacia el piso principal del centro comercial, Jungkook observaba todo el lugar con detenimiento, era hermoso y lujoso, después de todo era uno de los centros comerciales más prestigiosos de Seúl dónde solo la élite se daba el lujo de comprar en el lugar.

Estaba pulcro e impecable, para nada los centros comerciales que él frecuentaba se podían comparar con semejante lugar.

Caminaron por uno de los pasillos, pasando tiendas de lujo.

Papá por accidente || Taekook Where stories live. Discover now