16: Cruzando la línea

16 7 7
                                    

Estaba enamorada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba enamorada.

Al menos, así es como lo sentía.

Todavía podía recordar vívidamente el sabor de sus labios, el aroma de su cabello y la forma en que sus ojos brillaban al mirarme. Era uno de esos momentos que parecía que podía durar para siempre, y sin embargo, terminó en un abrir y cerrar de ojos.

Había sido tan difícil dejarlo ir.

Casi como si me hubieran arrancado el corazón del pecho y me hubieran dejado allí, sola y confundida.

Tenía sentido, sabía que algo estaba mal cuando no me permitieron bajar del autobús, y ahora él lo sabía también. No estaba segura de lo que era en ese momento, pero el sentimiento era inconfundible.

Durante un tiempo intenté forzarme a dormir, de la misma manera que había hecho antes, en un estúpido intento de despertar. Pero todo fue en vano. Era como si la vida estuviera conspirando en mi contra y no quisiera que volviera al mundo real. Sentía como si hubiera sido desterrada a esta tierra de ensueño para siempre.

No pude evitar preguntarme qué significaba todo eso.

¿Por qué estaba atrapada en este limbo? ¿Había algún tipo de mensaje que mi mente estaba tratando de transmitirme?

La soledad era abrumadora cuando él no estaba conmigo. Era como si mi subconsciente se hubiera convertido en una entidad separada, un mundo propio.

Solitaria al principio, cuando las sombras no estaban presentes.

Después de un tiempo, finalmente volvieron, como si todo lo malo tuviera una forma de regresar. Caminaban lentamente, como tratando de alcanzar el aire frente a ellos, tratando de acercarse a mí. Sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral mientras las veía acercarse.

Intenté hacer lo que había hecho Jasper, invocar otro vagón del metro por pura voluntad, pero parecía que yo era la que nunca podía controlar los sueños entre ambos. Era como si el poder estuviera más allá de mi alcance, y me dejaba sintiéndome impotente y vulnerable.

Quizás había una manera de aprovechar el poder de mi mente subconsciente y desbloquear su potencial completo, de aprovechar la energía dentro de mí y usarla para manifestar mis deseos en la realidad.

Así que respiré profundamente y empecé a caminar, tratando de mantener mi ritmo constante y mi mente concentrada. Había leído en un libro que, si tienes miedo y comienzas a correr, es como dejar que el miedo te controle. Era tan estúpido que pude recordar ese detalle pero no mucho más sobre mi vida. Con un pie delante del otro, traté de llegar al otro lado de la estación.

Estaban justo detrás de mí, una energía fría tratando de envolverme. Mi mente se aceleró con preguntas mientras trataba de comprender la situación.

¿Quiénes eran? ¿Qué querían de mí? ¿Eran alguna especie de seres sobrenaturales encargados de proteger el reino de los sueños?

Parecía muy posible, considerando el paisaje surrealista que me rodeaba.

El brillo urbano de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora