20: Jóvenes eternamente

28 5 19
                                    

Esta canción la escuché mientras escribía este capítulo, te recomiendo escucharla también.

Esta canción la escuché mientras escribía este capítulo, te recomiendo escucharla también

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aquí estoy, de vuelta al momento en que comencé a recordar todo este calvario. De alguna manera, los últimos días también han pasado por mis ojos, porque siento que voy a morir en cualquier segundo.

Siento que le he fallado. He estado repasando en mi mente los momentos previos a este exacto momento, tratando de identificar qué podría haber hecho diferente. La idea de que no hice lo suficiente para protegerla sigue golpeando mi pecho.

Sigo preguntando a los policías si la han visto, pero desafortunadamente, parece que nadie sabe nada. Es una sensación de impotencia, abrumadora, que lo consume todo.

El caos a mi alrededor es sofocante. La calle está cerrada, barricada por policías que gritan órdenes e intentan mantener cierto semblante de control en medio del pandemónium. Mis ojos se dirigen una y otra vez al autobús azul estacionado en medio de la calle.

Sus puertas están abiertas de par en par, y el interior está en completa locura. Puedo ver a los paramédicos adentro, trabajando frenéticamente para sacar a los pasajeros heridos y ayudar a los necesitados.

Intento abrirme paso a través de la multitud, buscando cualquier señal de Chiara. Mi corazón late rápidamente en mi pecho, mi mente corre con un millón de posibilidades, y mi respiración se vuelve errática. Con cada paso, me pregunto si estoy acercándome o si solo estoy perdiendo el tiempo.

Recuerdo cuando originalmente planeé entrar en el autobús. Tal vez si lo hubiera hecho, la habría encontrado ya.

Pero entonces de nuevo, ¿y si no era así como las cosas estaban destinadas a suceder?

Pero, ¿y si llegué un segundo demasiado tarde?

Veo a un par de personas siendo llevadas en camillas, la mayoría de ellas supongo que desmayadas y no realmente heridas. Pero recuerdo muy bien las palabras que me dijo, el dolor en su costado, los recuerdos que había explicado tan vívidamente. Realmente me hace pensar lo peor de la situación.

El sonido de las sirenas es ensordecedor, y puedo sentir que comienzo a entrar en pánico.

Y entonces, la veo.

Su cabello es un impresionante tono de naranja que parece brillar en medio de este tumulto. Es como si fuera un faro de esperanza. La están llevando, su silueta inconsciente en la camilla.

Sin pensarlo dos veces, comienzo a correr hacia ella, mi corazón golpeando contra mi pecho. Mientras piso a la gente y tropiezo con mis propios pies, no puedo evitar sentir toda la desesperación que me atraviesa el cuerpo de una sola vez.

Necesito llegar a ella, asegurarme de que está bien.

Cada respiración que tomo viene en cortos jadeos, como si mi cuerpo tratara de mantenerse al día con mi corazón acelerado.

El brillo urbano de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora