LLEVAME A LA IGLESIA

105 9 0
                                    

Cuando desperté estaba nuevamente en casa, a mi lado estaba Heriberto, y Eric estaba en la puerta, la claridad del día decía mucho, viendo levemente el reloj marcaba las nueve de la mañana. No puedo creer que siga durmiendo tanto y colapsando demasiado aún.

Trate de levantarme, pero un dolor sordo me llego desde mis costados sacándome un gemido de dolor, lo que llamó la atención de los hombres que estaban dentro de mi habitación.

-Hermana, hija. - dijeron al unisonó mientras se acercaban a mí.

-Qué bueno que despiertas, susto nos sacaste, no reitero a todos nos sacaste un susto de muerte, y amas de uno casi le sacas la vida del cuerpo. -

- ¿Qué? - pregunte.

-Si hermana, ayer cuando decidiste volverte a ir, nos dijeron que habías vomitado después de comer lo que no es bueno, pero cuando te cambiaste e ibas rumbo a donde esta Ricardo colapsaste. Lo bueno es que el Doc. esta aquí y fue el que te atendió. -

-Hija. - dijo Heriberto mientras le pasaba la mano por el hombro a Eric. -Necesito hablar contigo. -

-Si. - respondí a secas.

-Hijo retírate por favor. -

-Padre...-

La posible discusión se detuvo con la mirada que el jefe le dio a mi hermano, haciendo que este decayera al instante, dejando los hombros caídos y la cabeza agachada, salió de mi habitación cerrando la puerta.

-Hija. - volvió a intentar. -Veras.... es... complicado lo que te voy a decir...-

-No puede solo decirlo y ya señor. - respondí mientras giraba levemente mi cabeza notando por primera vez que la cortina de la ventana había sido cambiada, y que además esta estaba abierta, Agatha lo más seguro.

-Mi niña, lo que quiero decir es que regresaremos a casa en una semana, necesitas tu aire natural y no este, pero a lo que me refiero es que solo será meramente temporal, podrás ver a tus padres, a tus amigos y luego tendremos que regresar aquí.-

-Comprendo. -

-No, no creo que lo hagas, vas a volver a casa eso es lo que has estado deseando durante tanto tiempo. -

-Si, supongo. -

-No pareces feliz. -

- ¿Cuándo he sido realmente feliz? No conozco el sentimiento. -

- Eres feliz con nosotros, con todos los hombres que trabajan para mí, eres feliz estudiando la carrera que quieres, eres feliz vistiendo como lo haces...-

- Eso no es ser feliz, nunca seré feliz, ni en esta vida ni en la que sigue. Mi madre tenía razón en todo. -

- No es cierto, ella miente siempre lo supiste. - 

- Usted sabe que eso es verdad. Nunca me creí el cuento, así que aquí estamos. -

- ¿Que cuento? - pregunto Heriberto con cierta saña.

- Todo este circo, ¿que no lo ve?, esto es tan falso como yo, que clase de historia es esta, esta no parece ser mi historia, todo esto es una mentira tan grande, esta no es mi historia real. -

- ¿Que mierda dices? ¡Acaso no lo vez, esta es tu vida! - grito.

- ¡Si fuera mi vida podría hacer lo que quisiera, y no puedo porque todo lo que hago lo hago bajo sus órdenes, todo lo que soy es por tu lo has construido! - grite llena de furia, lastimándome más en el proceso. la agonía que sentía en el momento era demasiada.

- ¡Yo no te hice de esta manera, así lo decidiste tú, nadie te obligo a hacerlo, todo lo que eres es por tu culpa! -

- ¡No, claro que no fue mi maldita culpa, usted fue el que me lleno de esta mierda, usted me gritaba "acaso no le puedes disparar a esa mierda, porque si no lo haces lo hare yo y después yo te meteré la bala por la cabeza"! -

Me gusta mi maestra de estadística.Where stories live. Discover now