CRISTAL, ALMA Y ALCINA

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Como era de esperarse los días habían pasado y mientras más días pasaban la carga era más; Agatha se mantenía a tanto de lo que pasaba con el dinero que desaparecía, las cuentas eran claras cada poco dinero desaparecía, el ver como Agatha trabajaba en este lado de la informática daba mucha ansiedad, pese a su edad se mantenía al margen de las cosas virtuales.

Ese día que me fui con Alma no regrese hasta el siguiente día irónico, pero recuerdo haber dormido muy poco.

Las cosas aquí se mantenían como antes, el dinero desaparecía y Sebastián era un poco sigiloso. Las dudas a mí no me dejan tranquila, si bien es cierto que ahora el más sigiloso no dejaba de lado que desde lo que paso con el joven aquel, mantuvo su distancia seguía, aunque siempre sintiendo la mirada de, el cuándo yo pasaba o me quedaba en la misma habitación.

El sótano de la casa estaba dividido en tres secciones, carga, dinero y altares y mi espacio un cuarto completamente negro.

Desde joven me interesaron muchas cosas, he de decir que el Dr. Facilier es mi villano favorito es mucho decir, no todo el tiempo me involucre en esta casa y con ellos, sino que por el contrario me enrede con más gente con creencias diferentes, mi espacio era magnifico.

Mi espacio del sótano era mío y nadie entraba, ya que los pocos que vieron este espacio salían despavoridos, o tenían demasiado miedo para acercarse a mi espacio, por lo que era de esperar que me encontrara aquí, haciendo algunos cuantos muñecos. Nada complicado solo ... muñecos algo específicos, la vida me enseñó a creer en muchas cosas, en magia, por ejemplo, pero no en Dios, es divertido ver cómo la gente reza, no quedo a excepción, pero la magia oscura es demasiado excitante, si es que sabes acerca de ello, yo no sé demasiado, pero si lo suficiente.

Algo de color aquí, y un poco de cabello por acá, y algunas fotos por acá.

-El juego comienza. -dije en voz alta, no había nadie solo estaba yo viendo mis pequeñas creaciones. -Veamos de que están hechos. -

Los tratos conmigo significan muchas cosas, que van desde él nunca te libraras de mi hasta el me acabas de vender tu alma y cuerpo. Nunca hubo quejas de mi trabajo y no tendría por qué haberlas.

Me levante de mi silla para irme no sin antes regresar a mi pequeño altar a dejar una cajetilla de cigarros y un encendedor, para después prender una veladora.

-Mis estimados amigos, confió en ustedes para esta jugada, ayúdenme y serán recompensados. -dije para irme de mi espacio y cerrar con candado.

Subí las escaleras con calma, y cuando abrí la puerta para ir al primer piso me topé con Sebastián.

-Hola. -dijo el.

-Hola guapo, ¿qué tal? -respondí.

- ¿Vienes del sótano? -pregunto.

-Si, los altares no se mantienen solos. -comente.

-Dicen que allá abajo da miedo. -

-Depende a cuál entres. -dije como si nada.

- ¿Quieres salir? -pregunto pasándose la mano por el pelo.

- ¿A dónde? -pregunte.

-A tomar un café, ya que no fuiste a la escuela, pensé que podríamos ir a tomar algo. -

-Sera un placer, te parece si me das unos minutos en lo que busco mi corbata y saco. -dije viendo las escaleras de fondo.

-Claro te espero en las escaleras. -

Sebastián se había quitado del camino dejándome pasar, camine a mi amada habitación a recuperar mis cosas, como lo era una nueva cajetilla de cigarros un encendedor, audífonos vía bluetooth, mi celular, llaves, el saco y la corbata de pinza, aun no podía atar mis corbatas por lo que me consiguieron estas de niño. 

Me gusta mi maestra de estadística.Where stories live. Discover now