No estoy celoso. (O eso creo)

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Edades de los chicos:
Spreen 15
Carre 15
Roier 14

Roier no admitirá que estaba celoso porque NO ESTABA CELOSO.
Solamente tenía un mal día y ver a Carre tan cerca de Spreen, riendo, abrazándose, hablando casi al punto que sus respiraciones podían unirse y solo ...
Suspiró mordiendose el labio.
Okay, quizás estaba celoso, solo un poquito.
Pero deben entender que tenía muchas razones para ello.
Y es que a este punto dudaba demasido que los chicos solo tuvieran una amistad.
Podía notar un brillo en los ojos de Carre y bueno...
Claro que era de esperar algo como esto, eran mejores amigos, tenían mucha confianza, además Carre fue la primer persona en abrazar a Spreen y salir ileso.
Tenía mucha ventaja sobre él, que aún si tenían su historia, sentía que no era lo mismo.

Roier solo podía presumir que fue su primer beso y por accidente.
Que no sabía que tanto contaba porque sucedió cuando él apenas dejaba de usar pañales.

Las mismas 3 preguntas se repetían en su cabeza desde que comenzó a ver a su mejor amigo con otros ojos.

¿Le gustaba Spreen?
Claro que sí.

¿Spreen siente lo mismo?
Era de esos chicos que no solían mostrar sus sentimientos por lo que no tenía ni siquiera una pista clara.

¿Podría arriesgarse y ver qué pasa?
Igual si salía mal podía solo decir que era de chill.
Una broma.
Y ojalá le creyeran porque le dolería más perderlo incluso como amigo.

Ya, boludo, decile a Roier que te gusta, tan difícil no es. —Carre lo abrazó y picó su mejilla, haciendo gruñir al híbrido.
Desde hace rato estaban hablando a algunos metros del castaño fingiendo que no habían notado su presencia, lo único que quería era lograr que por fin alguno de ellos diera el siguiente paso antes que le diera un ataque por lo idiotas que parecían ser.
¿No veían las señales?
Que ya todos sabian del enamoramiento de el par de pelotudos.
O bueno, casi todos, los involucrados parecían no darse cuenta o eran tan distraídos para notarlo.

Estás loco, ni siquiera sé si le gusto.

Carre se dio un golpe en la frente con la palma de su mano, odiaba cuando Spreen salía con cosas así.

Solo míralo, está ardiendo de ira por verme así con vos.

Ambos miraron en dirección del castaño fanático de Spiderman, quien se volteó tan rápido cuando su mirada conectó con la de Spreen. Carre tenía cierta razón, los bonitos ojos de Roier mostraban disgusto por verlos así de juntos, ¿todo el tiempo era así? Vaya que era lento para descubrir las cosas por su cuenta.

Aún con ello no sabía que ninguno tenía el valor suficiente para decir sus sentimientos, lo cual ya tenía bastante harto a Carre.
Porque si volvía a desvelarse una noche más para escuchar a Spreen sufrir por amor, se daría de golpes contra la pared.

Tenía que tomar medidas desesperadas.
¿Cuál fue una de ellas?
Una que podía costarle DEMASIADO.

Espero el momento en que Roier volvió a verlos para acercarse cada vez más a Spreen al punto que coloco sus labios sobre la mejilla del moreno. Dejando un beso bastante duradero para su gusto.
Agregando que le había tomado del brazo en un modo romántico y tiene que admitir, que se sintió extraño al sentir la piel suave del moreno.

–– AH NO, ESO NO HIJO DE PUTA.

El grito, el golpe que recibió y ver a Roier limpiando la cara de Spreen pasó en menos de 10 segundos...

Carre tenía una sonrisa de orgullo, Spreen estaba en shock por la reacción de Roier, y Roier... Él estaba entre molesto y sonrojado.
Seguía asimilando lo que había sucedido y como es que se atrevió a darle un puñetazo a su amigo.

Los tres sintieron el entorno un poco tenso y Carre habló.

Ahí tenés tu respuesta, Spreen, le gustas mucho. Valió la pena el golpe.- Se pasó la manga por el labio asegurandose que no hubiera sangre. Si que tenía la mano pesada el boludito.

Tanto Spreen como Roier se miraron por unos cuantos segundos que para ellos parecían horas, ¿Esto podía tomarse como algo bueno?
Pero al darse cuenta de que si se acercaban solo unos 2 centímetros más ya estarían dándose un beso, se soltaron con nerviosismo y salieron corriendo.
Era la primera vez que su cercanía les ponía tan... Así.

Si bien sus corazones estaban acelerados y quizás habían tenido una respuesta, seguían siendo cobardes para declararse como era debido.

Hubiera apostado. —Susurró Carre para sí mismo, y caminó en dirección a casa de su amigo oso.
Ya luego podría hacerle burla por ponerse tan rojo como un tomate solo por tener a Roier tocándole la mejilla.

Karmaland Next Gen: Little adventure.Where stories live. Discover now