Osito enfermo 🐻

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Edades de los chicos:
Robleis: 14
Carre: 14
Spreen: 14
Roier: 13
(Entre más me la mamas más me cre- digo)

- Spreen, ¿Vos estás seguro que estás bien? Que tienes la nariz roja como un reno.- preguntó Robleis apartandose un poco, no podía permitirse caer enfermo teniendo tan cerca el viaje con sus padres por la semana de la moda.

Habían ido a verle cuando notaron su ausencia entre clases, primero pensaron que se fue de pinta por andar intentando avanzar a la casa del árbol que tenía junto a Roier, pero cuando vieron a Veg ir a preguntar las tareas entendieron que existía otra razón.

Ahora están intentando hacerle ir a la cama a descansar mientras sus padres van por sus medicinas, lo cual era algo complicado.
Parecía un niño pequeño, ya se les había escapado 3 veces y en una casi se vuelve oso.

- Carre, vos tenés unos ojos tan bonitos ~- soltó Spreen entre risas causando varias reacciones entre sus amigos, había sopresa, vergüenza y celos. Muchos celos.

- ¿Q-qué?- quiso disimular mirando hacia otro lado, pero el moreno le tomó del mentón y le hizo mirarle fijamente.

- Tenés unos ojos tan lindos. Brillan bastante bien ahora que me doy cuenta...- mientras que uno estaba rojo de la pena, otro era más por enfermedad.

- Y ya está alucinando por la fiebre ...- Robleis le tomó del cuello de la camisa y le alejó antes que Roier o él mismo cometieran un crimen de odio.

- Vos estás alucinando.-gruñó- Aunque tenés unas manos muy suaves...- paseo sus dedos por la mano ajena haciendo que la ponga sobre su mejilla.- Solo porque vos no sos mi tipo o te besaría.

Okay...

Spreen enfermo pasa de estar medio imbécil a ponerse algo horny.

Ahora fue el turno de Rob de poner un espacio entre él y Spreen antes que algo más pasará.

- Roier, decile algo.- suplicó evitando a toda costa que le tomara de las malos.

- ¿Y yo por qué? Que haga algo el de ojos bonitos o quien tiene las manos suaves.- tenia las mejillas ligeramente infladas y el ceño fruncido.

Esto en otra situación daría para mucha burla, ver a Roier celoso era un poco divertido y más cuando esté negaba estar así. Parece que sus amigos seguían en la etapa de "estoy enamorado pero no lo diré en voz alta."

Quiso salir de ahí hasta que la situación se calmase, pero las miradas de perro mojado que le dieron sus amigos terminaron por convencerlo.

- Spreen. Ven, vamos a la cama.- le tomo por el brazo dando un pequeño jalón para levantarlo del suelo, pero las cosas tomaron otro rumbo cuando el osito se dejó caer encima y él termino boca arriba con el moreno tomando el control.
Sus brazos estaban por sobre su cabeza y hasta las piernas las tenía separadas.

- Mejor aquí, es igual de cómodo.
Vos déjame hacer todo a mí.

Pánico.
Mucho PÁNICO.

Roier no sabía como zafarse de ahí, Carre estaba intentando asimilar todo mientras abrazaba a Rob y este... Bueno, digamos que estaba más entretenido "protegiendo" al chico entre sus brazos.

- Spreen, por favor suéltame.
No estás bien, estas enfermo.
La temperatura te hace actuar así.- forcejeo con las mejillas más rojas que un par de manzanas.

- Estoy caliente por vos~- canturreo acercandose más y más.

Ya era todo.
Se lo iban a "comer"
¿Qué diría su santa no tan santa madre de esto?

Ojalá jamás se entere o es capaz de mandarlo a un convento y convertir a Spreen en peluche de tablero.

Tuvo muchos sueños similares a esto y casi se dejaba llevar, estaba a tan poco de ceder ya que podía sentir la respiración ajena tan cerca que si se movía solo un poco más podría besarle...

No fue hasta que sintió una lengua sobre su mejilla que volvió a abrir los ojos.

¿Qué?

Spreen estaba ...
¿Estaba lamiendolo?
Sentía como pasaba la lengua desde el cuello hasta el cabello, como si quisiera asegurarse de dejarlo limpio, tal cual lo hace un gato con sus bebés.

Cualquier otro podría sentirse asqueado, que eso de que alguien te esté llenando de saliva no es muy bonito que digamos.
Y en esto era- lindo.
No lo sé, se sentía íntimo, especial.
Además.

¿Qué más podía hacer?
¿Intentar luchar?

No es que fuera un debilucho pero había que tomar en cuenta que Spreen era un hibrido de oso que si bien quería de transformaba y se lo tragaba entero.
A él.
No a su-...
Ustedes me entienden.

Con toda la pena del mundo se quedó quieto, intentando ignorar que Carre y Robleis ya estaban tomando fotos a tan bonita escena, se estaba burlando creyendo que saldrían ilesos de eso.

Bueno...
Hubiera sido así.
Pero Spreen tenía otros planes y cuando menos lo esperaron ya estaban siendo abrazados por un gran oso que los acicalaba como si fueran sus bebés.


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- EH, AHÍ NO...

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Recordatorio - Nunca ofrecerte a cuidar a Spreen cuando esté enfermo a menos que quieras que te pase la lengua.
O seas Roier y te guste que te hagan eso.

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Ya que sigo enfermo se me ocurrió esto.
La verdad a como he visto a Spreen ebrio, me lo imagino similar estando enfermo, como que es más dulce pero medio mensito.

Karmaland Next Gen: Little adventure.Where stories live. Discover now